DÉCADAS IRREPETIBLES

Al igual que mi otro blog dedicado al boxeo, este pretende recuperar la memoria de unos años irrepetibles, desde finales del XIX hasta los años 30 del siglo XX. En "Audaz y tanguista" se rinde homenaje a algunos de los bravos púgiles que protagonizaron este periodo, entre ellos a mi propio abuelo, verdadero germen de todo esto, Ángel Tejeiro. En este blog recupero la Historia con mayúsculas de unas décadas irrepetibles. Para ello he recurrido a las hemerotecas digitales disponibles: El Mundo Deportivo, La Vanguardia, ABC, La Jornada Deportiva, El País Vasco, Diario de Alicante, El Eco de Cartagena, El Noticiero Gaditano, El Porvenir, La Tierra y Madrid Sport. Salas como el Iris Park o el Olympia de Barcelona, nombres legendarios como Frank Hoche, Felix Pomés, Passapera, Ángel Munich, Barcino, Condor... Es un trabajo en construcción: aún estoy en ello, y animo a todos los que posean información interesante -y en especial imágenes originales- a que me ayuden en esta tarea. Y hechas las "confesiones", choquemos los guantes y vayamos al primer asalto.

jueves, 1 de marzo de 2012

1922 La Federación Española de Boxeo (2)

A mediados de 1922 es evidente que la Federación (las federaciones) no solo no satisface los deseos de quienes siguen, organizan y participan del boxeo, sino que, afectada por intereses particulares o ajenos a este deporte, supone en la práctica una fuente recurrente de protestas.

Además, en enero, la
Federación Española de Deportes de Defensa no procede a renovar su junta directiva, como establecen sus estatutos, lo que provoca duras críticas.

En Madrid, la Federación Nacional de Deportes de Defensa convoca a los aficionados al boxeo a una asamblea que se celebra el 23 de febrero, “para tratar de la reconstitución de la Federación”, de la que sale la constitución de la Federación Nacional de Boxeo de Aficionados, con Emilio Bautista como presidente, Alberto Maluquer como secretario, la Real Sociedad Gimnástica Española como tesorero, y Joaquín Ruiz Vernacci como contador.

En abril, el presidente del Barcelona Boxing Club, Pedro Carreño, envía una carta a todos los clubes en la que afirma, en relación con la Federación:

En ella se han introducido elementos extraños a los boxeadores (…). Al renovarse la Directiva de la Federación, el empeño de todos los boxeadores ha de estar en que la nueva Directiva esté integrada por gente apta y afín a los boxeadores (…). Antes de ir a la reunión rectora de la Federación (…) hemos acordado reunir a los presidentes y secretarios de todas las entidades federadas o no, el día 7, a las 22, en nuestro domicilio social (Pino 11, Centre Ampurdanés)”.

Domicilio social, por cierto, que es sustituido por la nueva sede de Conde de Asalto, 58, primero, con ocasión de la renovación de la junta directiva del BBC en mayo de ese año.

En los meses siguientes los representantes de los clubes vuelven a reunirse en varias ocasiones, mientras en Madrid, Alberto Maluquer trabaja para que la reorganización de la Federación vaya al unísono con la de Barcelona. En julio el Comité Regional catalán se reune con carácter extraordinario, y el 30 de agosto, en el local del BBC, acuerda por unanimidad cambiar el nombre de la Federación por el de Federación Española de Boxeo.

Se procede además a la elección de la siguiente junta directiva: presidente, Lorenzo Ramonet (Colom Boxing Club), vicepresidente, José Clols (Cataluña Sporting Club), secretario Ramón Larruy (Secció d’Esports del C.L. de Reus), vicesecretario José de Cuevas (Colom Boxing Club), contador Jaime Piera (Catalunya Boxing Club), vicecontador Abelardo Vilaret (Atlétic Boxing Club de G.), tesorero Ignacio Amat (Club Gimnastic de Tarragona), vocal asesor Juan Casanovas (Colegio de Árbitros), vocales Luis Laboria (Punching-ball Club de Gracia), Antonio Massip (Carpentier Boxing Club), José Comas (Sporting Boxing Club), Juan Cervera (Secció d’Esports de la I.N.S.N.), Rafael López (Barcelona Boxing Club). Los miembros de dicha junta toman posesión en la primera reunión, que se celebra el miércoles 6 de septiembre en el local del BBC.

La temporada de verano

En mayo se abre el plazo de inscripción –en la sede del BBC– en las veladas que dirige Larruy en el Parque, basadas en combates a la americana de 4 rounds de 3 minutos. A finales de septiembre de ese año, el activo club publica el número 1 de su órgano oficial, bajo el título de Boxing.

Aunque la inauguración de la temporada en el Parque se programa para el jueves 16 de junio, deberá ser pospuesta hasta la semana siguiente “por no resultar exacto el peso que declararon muchos boxeadores al inscribirse”. Desde ese día, todos los jueves hasta finales de septiembre se suceden, sin interrupción, unas veladas que gozan de gran aceptación por parte del público, con frecuencia más compuesto por curiosos que por verdaderos aficionados al boxeo. Como en otras temporadas, Larruy huye de los boxeadores estrella y de engañosos reclamos extranjeros, combinando en su lugar a jóvenes que comienzan su andadura en este deporte con púgiles de reconocida solvencia, en lo que constituye una verdadera cátedra de boxeo.

De estas veladas, al margen de algunos combates verdaderamente memorables, podemos destacar dos detalles. Por un lado, la inclusión de un torneo de pesos ligeros en los que participan ocho púgiles, y en el que Conrado Sancho vence en la final por puntos a Guillermo Deprades. Por otro, el debut de algunos púgiles que alcanzarán en pocos años el título de campeones de España –como Hilario Martínez y Tomás Cola– o que, sin llegar tan alto, tendrán larga trayectoria en este deporte, como Mompó.

Como en otras temporadas, Anderson organiza reuniones veraniegas controvertidas, esta vez con el Gran Teatro Español como escenario. La regularidad, con todo, no puede compararse con la del Parque. En una primera velada, el canadiense presenta a sus hijos Gastón y Sergio, que son derrotados a los puntos por el campeón de los welter, Joaquín Valls, y el campeón de los pesos mosca, Luis Vallespín, respectivamente. En esa misma velada, el árbitro detiene el combate antes de que Ortiz lesione de gravedad a “un infeliz marinero que para salir del apuro cazaron a lazo un día antes”.

A principios de julio, el aficionado al boxeo Gaspar Solivas –que en distintas ocasiones ha ofrecido premios a los pugilistas– sorprende a los aficionados al sustituir a Anderson en la organización de las veladas en el Español, anunciando además la intención de celebrar reuniones todos los sábados. Breve paréntesis, no obstante, pues Solivas solo alcanza a celebrar una velada con 7 combates, tras la cual vuelve Anderson a dirigir dos reuniones en el local, ambas con su hijo Gastón como base.

Además de las convocatorias del Parque y del Español, el verano de 1922 aún contempla otras reuniones como la organizada en julio en Mataró por el Casal Catalanista en sustititución del desaparecido Mataró Boxing Club (en la que Kamalof y Al Baker ofrecen una exhibición); el festival de boxeo y lucha que organiza en julio la Joventut Nacionalista Sang Nova; la vuelta al circuito pugilístico del Iris Park con dos reuniones que tienen lugar en agosto; o la reunión que se celebra ese mismo mes en el Teatro Principal de Girona, que incluye el combate del americano Young Cohen contra Ortiz.

En Madrid, a las veladas de la Peña Pugilista en el Ideal Polistilo se suman este verano las tres reuniones que organiza en agosto el Club Parisiana, con el gallego Andrés Balsa como figura indiscutible, además del festival deportivo que se celebra en septiembre a beneficio de la Unión Madrileña de Periodistas Deportivos.

Por cierto, en una de las veladas que se celebran en julio en el Ideal Polistilo debuta el vizcaíno Solinís, quien pronto se va a convertir en una de las referencias indiscutibles para los aficionados de la capital. Su rival en esa ocasión es el madrileño Emilio Balué, quien “por su amor al boxeo” ha fijado su residencia en Barcelona y milita en el Sporting Boxing Club.

La Agrupació Esport Pugilistic

Las siglas AEP, que tan populares en el mundo del boxeo hiciera el Ateneo Enciclopédico Popular, renacen en octubre de 1922 de la mano de la Agrupació Esport Pugilistic, “integrada por varios entusiastas del noble arte dispuestos a dar una sana orientación a este viril deporte”. La AEP anuncia su intención de organizar veladas semanales en el Iris Park, en las que adoptará las cortas distancias, “variables entre los cuatro y ocho rounds como máximo y diez cuando se trate de un campeonato, por no permitir la Federación el disputarlo a menor distancia”. Todos los rounds de la AEP serán además de 3 minutos, y los guantes, de 4 onzas, serán sorteados en cada combate.

La AEP organiza un total de 10 veladas entre octubre de 1922 y enero de 1923, la mayoría de las cuales se saldan con gran éxito de público y deportivo. Aunque no mantienen un día de la semana fijo –comienzan los jueves, pero para no coincidir con el Liceo las pasan luego a los martes, miércoles o viernes– el Iris Park es el único local utilizado, siempre con cinco combates por noche. Estas veladas cuentan con la presencia habitual de numerosos púgiles extranjeros, franceses en su mayor parte, entre los que se incluyen Paul Siterre, Joseph Marco, Paul Gabriel, Vernier (campeón francés de Argelia), Soliman, Michel, Mokadoni, André Simeth (campeón de Suiza) o Leroy (campeón de Bélgica del peso pesado ligero). Entre los púgiles nacionales aparecen algunos nombres importantes como Joaquín Valls (que recupera en diciembre su título de los welter al vencer a Pedro Sáez), Ricardo Alís, Blind, Gastón o Víctor Ferrand (que al vencer a Manuel González queda clasificado como challenger de Luis Vallespín), entre otros.

En este periodo, las reuniones de la AEP coinciden con otras 8 convocatorias organizadas en 6 escenarios diferentes, que transcurren sin pena ni gloria, incluyendo las matinales de domingo en el Teatro Principal, las veladas que organiza Anderson en el Teatro Novedades y el Circo Pallise (en las que toman parte sus dos hijos), la que dirige Kamalof en El Bosque para la empresa Callicó, y dos reuniones organizadas por el Athletic Boxing Club y el efímero American Boxing Club.

En Madrid, el Boxing Castilla comienza a principios de noviembre a organizar sus propias reuniones, que durante un mes se solapan con las de la Peña Pugilista; el 9 de diciembre –fecha en que coinciden dos veladas organizadas por estas entidades– la Peña deja de preparar reuniones y el Boxing Castilla le toma el relevo.

Barcelona, y en menor medida Madrid, no acaparan sin embargo toda la actividad pugilística de este año. En Alicante existe cierta afición a este deporte –ya hemos comentado que Frank Crozier imparte clases en la ciudad, donde en noviembre del año anterior se ha enfrentado a Balsa–, y en junio de 1922 los aficionados pueden asistir a un festival pugilístico en la plaza de toros, con la victoria de Carlos sobre Frank Puig en el combate estelar. Sin embargo, el momento clave llegará en noviembre de este mismo año, cuando se constituya la Agrupación Pugilista Alicantina, con Francisco Ortiz como presidente y Frank Crozier como profesor de boxeo y gimnasia.

Un poco más al norte, en Valencia, el local conocido como Ba-ta-clan recibe entre agosto y septiembre tres reuniones de boxeo; en la primera, Agustín Villar arrebata a Acevedo el título de campeón local. A finales de octubre, el Levante español se dota de su propia federación regional de boxeo.

En el País Vasco, el interés por el boxeo comienza a ser notable, aún cuando diste mucho de la verdadera pasión que está próximo a despertar Paulino Uzucun. En Bilbao uno de los principales centros se sitúa en el Boxing Club de Enrique Mogrovejo, con sede en la taberna Polo del Campo Volantín. En San Sebastián ese lugar pronto lo ocupa el francés Casalonge, ex entrenador del campeón francés Georges Carpentier, que abre un gimnasio de boxeo y gimnasia en el número 13 de la calle Peña y Goñi. El Gimnasio Casalonga, de larga vida, pronto será el lugar donde comiencen su carrera algunos grandes púgiles como el propio Uzcudun, Ignacio Ara, Juanito Olaguibel o Lete, entre otros.

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