DÉCADAS IRREPETIBLES

Al igual que mi otro blog dedicado al boxeo, este pretende recuperar la memoria de unos años irrepetibles, desde finales del XIX hasta los años 30 del siglo XX. En "Audaz y tanguista" se rinde homenaje a algunos de los bravos púgiles que protagonizaron este periodo, entre ellos a mi propio abuelo, verdadero germen de todo esto, Ángel Tejeiro. En este blog recupero la Historia con mayúsculas de unas décadas irrepetibles. Para ello he recurrido a las hemerotecas digitales disponibles: El Mundo Deportivo, La Vanguardia, ABC, La Jornada Deportiva, El País Vasco, Diario de Alicante, El Eco de Cartagena, El Noticiero Gaditano, El Porvenir, La Tierra y Madrid Sport. Salas como el Iris Park o el Olympia de Barcelona, nombres legendarios como Frank Hoche, Felix Pomés, Passapera, Ángel Munich, Barcino, Condor... Es un trabajo en construcción: aún estoy en ello, y animo a todos los que posean información interesante -y en especial imágenes originales- a que me ayuden en esta tarea. Y hechas las "confesiones", choquemos los guantes y vayamos al primer asalto.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Campeones de España de boxeo (1921 - 1936)

En 1939 ardieron los archivos de la Federación Española de Boxeo, probablemente con el objetivo de borrar pruebas de lo sucedido desde que, al principio de la guerra civil, los púgiles se incautaron de la FEB para convertirla en un sindicato de la CNT. Por ese motivo (y por desidia de quienes deberían saber del tema), la FEB “no tiene constancia” de quiénes fueron los campeones de España de boxeo antes de 1939 (¡…!). Como nadie parece haberse preocupado por recuperar el nombre de estos extraordinarios deportistas, a continuación ofrezco una relación de los púgiles que se ganaron con los puños el primer puesto en el boxeo nacional desde la constitución de la Federación Española de Deportes de Defensa (el 14 de enero de 1921) hasta el comienzo de la guerra. Todas las fechas están contrastadas en las hemerotecas. Por lo que me consta, esta lista no ha sido publicada hasta ahora.

Peso mosca

Luis Vallespín (hasta 9 febrero 1923)

Víctor Ferrand (9 febrero 1923 - 21 mayo 1923)

Manuel González (21 mayo 1923 – 7 abril 1925)

Víctor Ferrand (7 abril 1925 – 2 septiembre 1931); Campeón de Europa (11 abril 1927 – 1? marzo 1928)

Mariano Arilla (2 septiembre 1931 – 3? abril 1932)

Vacante (3? abril 1932 – 22 junio 1932)

Fortunato Ortega (22 junio 1932 – 15 marzo 1933)

Vacante (15 marzo 1933 – 19 julio 1933)

Fortunato Ortega (desde 19 julio 1933)

Peso gallo

César Alaix (hasta 21 agosto 1923)

Luis Vallespín (21 agosto 1923 - ¿ septiembre 1924)

Vacante (¿ septiembre 1924 – ¿ julio 1925)

Teodoro Murall (¿ julio 1925 – 3 abril 1928)

Manuel González (3 abril 1928 – 19 diciembre 1928)

Carlos Flix (19 diciembre 1928 – 22 abril 1933); Campeón de Europa (26 septiembre 1929 – 28? febrero 1930) (4 junio 1930 - 19 septiembre 1931)

Baltasar Belenguer Hervas “Sangchili” (desde 22 abril 1933); Campeón del mundo (1 junio 1935 – 29 junio 1936)

Peso pluma

Ramón Miró (hasta 12 octubre 1923)

Alfonso Cañizares (12 octubre 1923 – 22 febrero 1924)

Antonio Ruiz (22 febrero 1924 – 10 septiembre 1925); Campeón de Europa (30 octubre 1925 – 7 enero 1928)

Young Ciclone (10 septiembre 1925 – 25 diciembre 1925)

Antonio Ruiz (25 diciembre 1925 – 27 septiembre 1928)

José Juan Gironés (desde 27 septiembre 1928); Campeón de Europa (1 diciembre 1929 – 30 noviembre 1930) (10 junio 1931 – 19 agosto 1932) (23 noviembre 1932 – 4 julio 1934)

Peso ligero

Federico Zaldívar (10 marzo 1921 – 31 julio 1921)

Emilio Gil “Blind” (31 julio 1921 – 8 diciembre 1923)

Hilario Martínez (8 diciembre 1923 – 9 abril 1927)

Tomás Cola (9 abril 1927 – 19 octubre 1927)

Luis Rayo (19 octubre 1927 – 9 octubre 1930); Campeón de Europa (3 agosto 1927 – 30 noviembre 1928)

Vacante (9 octubre 1930 – 9 febrero 1931)

Roberto Sanz (9 febrero 1931 – 15? diciembre 1932)

Vacante (15? diciembre 1932 – 17 enero 1933)

Vicente Riambau (17 enero 1933 – 9 mayo 1933)

Segundo Bartos (9 mayo 1933 – 26 septiembre 1933)

Vacante (26 septiembre 1933 – 21 febrero 1934)

José Micó (21 febrero 1934 – 11 diciembre 1934)

Segundo Bartos (11 diciembre 1934 – 20 marzo? 1936)

Vacante (20 marzo? 1936 - – 27 mayo 1936)

José Micó (27 mayo 1936 – 20 junio 1936)

Valentín Miró (desde 20 junio 1936)

Peso mediano ligero (welter)

Joaquín Valls (hasta 31 marzo 1921)

Pedro Sáez (31 marzo 1921 – 1 diciembre 1922)

Joaquín Valls (1 diciembre 1922 – 17 abril 1923)

Ricardo Alís (17 abril 1923 – 6 septiembre 1924)

Jim Moran (6 septiembre 1924 – 6 noviembre 1927)

Francisco Ros (6 noviembre 1927 – 2 agosto 1928)

Santiago Alós (2 agosto 1928 – 13 octubre 1928)

Francisco Ros (13 octubre 1928 – 7 octubre 1931)

Vacante (7 octubre 1931 – 16 noviembre 1931)

Jesús Arranz (16 noviembre 1931 – 8 febrero 1932)

Vacante (8 febrero 1932 - 22 mayo 1932)

José de la Peña (22 mayo 1932 – 11 noviembre 1932)

Martín Oroz (11 noviembre 1932 – 5 diciembre 1934)

Hilario Martínez (5 diciembre 1934 – 11 marzo 1936)

Miguel Tarré (desde 11 marzo 1936)

Peso medio

Carlos Climent (desde ¿ 1922)

Vacante (1922 – 20 febrero 1925)

Tomás Thomas (20 febrero 1925 – 1 octubre 1925)

Ricardo Alís (1 octubre 1925 – 11 octubre 1929)

Vacante (11 octubre 1929 – 31 mayo 1930)

Vicente Lorenzo (31 mayo 1930 – 17 octubre 1931)

Ángel García Sobral (17 octubre 1931 – 4 marzo 1932)

Francisco Ros (4 marzo 1932 – 18 marzo 1933)

Félix Gómez (18 marzo 1933 – 16 septiembre 1933)

Ángel García Sobral (16 septiembre 1933 – 30 noviembre 1935)

Vacante (desde 30 noviembre 1935)

Además, Ignacio Ara es Campeón de Europa (9 mayo 1932 – 2 enero 1933)

Peso pesado ligero (semipesado)

Juan Molero (hasta ¿ septiembre 1925)

Vacante (¿ septiembre 1925 – 6 noviembre 1927)

Antón Gabiola (6 noviembre 1927 – 10 noviembre 1928)

Mateo de la Osa (10 noviembre 1928 – 17 octubre 1929)

Vacante (17 octubre 1929 – 29 marzo 1930)

José Martínez Valero “Martínez de Alfara” (29 marzo 1930 – 1? mayo 1935); Campeón de Europa (7 febrero 1934 –26 marzo 1934)

Vacante (1? mayo 1935 – 3 diciembre 1935)

José Martínez Valero “Martínez de Alfara” (desde 3 diciembre 1935)

Peso fuerte (pesado)

José Teixidor “Kamalof” (hasta 6 febrero 1925)

Paulino Uzcudun (6 febrero 1925 – 24 noviembre 1934); Campeón de Europa (18 mayo 1926 – 8 diciembre 1928?) (13 mayo 1933 – 22 octubre 1933)

Vacante (desde 24 noviembre 1934)

domingo, 3 de abril de 2011

1921 La Federación Española de Deportes de Defensa (2)

Carpentier

En abril de 1921 se produce uno de los acontecimientos más destacados del pugilismo nacional, aunque está protagonizado por un francés: el gran Georges Carpentier ofrece dos exhibiciones de boxeo en Barcelona y Madrid.

La noticia surge a mediados de marzo de 1921, cuando anuncia que Carpentier emprenderá próximamente una gira por España, que ha costado 120.000 pesetas a los organizadores y que consistirá en exhibiciones. No está previsto, por tanto, que Carpentier realice ningún combate en nuestro país, a pesar de lo cual “varios distinguidos deportistas ofrecieron una prima de mil pesetas al que resistiera al famoso campeón, que estaba conforme en efectuar la prueba, más de cuatro rounds, y Juan Molero, y esto demuestra su valía, fue el único que aceptó, no llevándose a cabo el combate porque Carpentier dijo entonces que solo cobraba por hacer una exhibición, no combates”.

Procedente de Orán, a principios de abril Georges Carpentier llega en un vapor a Cartagena, de donde parte inmediatamente con destino a Barcelona. Su aparición en los rings de esta ciudad tiene lugar dos días más tarde, el sábado 9 de abril, en el transcurso de una velada que se celebra en el Frontón Condal en la cual Luis Vallespín vence a César Alaix, “en un combate no organizado como de campeonato”; El Mundo Deportivo señala que “el título queda vacante de hecho”, pero desde ese momento se dará a Vallespín como campeón de España del peso gallo en todas las veladas a las que concurra. Carpentier, por su parte, ofrece una demostración de cuatro asaltos con Lenaers; “de pura exhibición los dos primeros, y reproducción los dos últimos de su combate con Levinski”.

Carpentier repite la exhibición unos días más tarde en el teatro madrileño de la Zarzuela, en una velada que incluye cinco combates con púgiles locales y catalanes. Aunque los espectadores se muestran correctos y aplauden al francés, parte del público “salió disgustado del espectáculo” al considerar que se trataba de una simple parodia que no valía las 5 pesetas que costaron las entradas generales y aún menos los 15 duros de las butacas.

Solo se ha tratado de una exhibición, pero la visita de Carpentier ha contibuido a animar un ambiente pugilístico que claramente ha dejado atrás la crisis de los años anteriores.

Durante el resto de esa primavera se continúan celebrando veladas en Barcelona, a razón de una a la semana. Aunque aparecen ocasionalmente escenarios como el Teatro Principal –en el que se celebra una reunión en abril–, sigue siendo el Iris Park el local más utilizado, con dos veladas en abril (en la primera Hoche vence al campeón del peso pesado ligero, Juan Molero), una en mayo y tres en junio. La reunión de mayo reviste además un carácter especial. Organizada por la revista El Sport, incluye el primer combate por un título de Europa que se celebra en España: el que enfrenta a 15 asaltos al vigente campeón del peso gallo, el francés Charles Ledoux, contra el campeón de Suiza, Christian. Ledoux, muy superior, pone fuera de combate a su rival en el tercer asalto.

Los demás combates del Iris vienen marcados por el sucesivo aplazamiento de un combate que se presenta como grandioso, en el que José Teixidor “Kamalof”, unánimemente considerado como campeón de España del peso pesado, se ha de enfrentar a Albert Lurie, presentado como “ex campeón de Francia de todas las categorías”. La pelea tendrá lugar finalmente el 7 de julio, constituyendo toda una decepción, pues el árbitro está a punto de descalificar a ambos por falta de combatividad. Meses después, el manager de Teixidor, Juanito Elías, explicará así el abandono de Kamalof en el cuarto asalto: “de resultas de un atracón de confituras, le preocupaban más los retortijones que los golpes de su adversario”.

Joaquín Valls, por su parte, reaparece a mediados de junio con una victoria sobre el francés Henri Verne, participa en algunas veladas de verano en el Parque –como árbitro o en exhibiciones con Kamalof–, ofrece una demostración con Ángel Artero en Ripoll, su ciudad natal y regresa a París a finales de julio, siendo allí derrotado a los puntos por Prunier en un reñido combate.

Es además necesario destacar que es en junio de 1921 cuando debuta en el Iris Park un jovencísimo Ricardo Alís. Su rival, Jensá, poco podía imaginar que acababa de obtener un nulo ante quien menos de dos años después, convertido en ídolo indiscutible de los aficionados, sería proclamado campeón de España de los pesos welter y llegaría a combatir por el título de Europa.

Al margen del Iris Park, otros locales de Barcelona acogen también reuniones de boxeo en este periodo. Algunos lo hacen de forma esporádica –como el Teatro Principal, en el que tienen lugar tres combates en abril–, mientras que otros tienen vocación de continuidad. Entre los últimos continúa estando la Bohemia, que alcanza a organizar una velada en mayo antes de que irrumpa una nueva empresa que anuncia su intención de dar veladas los sábados en el Frontón Condal. “Su primer acto, en relación con el deporte, ha sido asignar un sueldo fijo a los boxeadores Ubach, Miró, Goñi y Sáez, a cambio de que éstos no boxeen en soirées organizadas por cualquier otra empresa (…). Este acaparamiento (…) lo creemos todo lo comercial que se quiera, pero muy antideportivo. Por de pronto, las veladas que venían dándose en La Bohemia han cesado desde ahora”.

A pesar de este espectacular estreno, la empresa del Frontón solo organiza tres reuniones, en mayo y junio de 1921, de las que lo más destacable –al margen de algunos buenos combates– es la victoria de Pedro Sáez ante Gastón, y los boxeadores “a sueldo fijo” comienzan a aparecer en junio en las veladas organizadas en el Iris y en el Parque.

La temporada de verano

Como cada verano, el Parque de Barcelona se convierte en centro de la vida pugilísitca a base de una docena de veladas al aire libre, dirigidas con gran profesionalidad y acierto por Ramón Larruy con ayuda del Sr. Tusell. Estas reuniones ofrecen un número variable de combates, la mayoría a 4 asaltos, y se huye de grandes nombres o supuestas estrellas extranjeras, optándose en su lugar por carteles que combinan púgiles noveles o debutantes –como Juliá, Lewis, Alberich o Calixto– con profesionales de reputado prestigio como Luis Vallespín, Alfonso Cañizares o Andrés Goñi, entre otros. A mediados de julio, cuatro de estos púgiles –Blind, José Ubach, Frank Puig y Ángel Munich– parten hacia Madrid a combatir en el Gran Casino de la Ciudad Lineal, mientras que Ramón Miró marcha a Portugal para combatir con el campeón portugués del peso pluma; de una gira por ese mismo país se incorpora Americano unos días más tarde.

Las posibilidades del boxeo en Barcelona parecen ser tantas, que las veladas del parque se ven una vez más acompañadas por una serie de reuniones en diversos lugares y con diferente grado de profesionalidad.

Solo en julio, y al margen de las veladas en las que los clubes buscan el entrenamiento y la promoción de sus socios –como las que organizan en julio el Pugilistic Club de Gracia y el Punching-ball Club de Gracia–, en el Planas Park se ofrece una reunión dominical en la que Gastón, Frank Hoche y Fabregat son enfrentados a desconocidos púgiles extranjeros; en el Iris Park, Pedro Sáez vuelve a vencer por puntos a Ángel Artero; y en el Teatro Tívoli, Blind noquea a Zaldívar en la inauguración de unas matinées que sin embargo no llegan a tener continuidad.

El Gran Teatro Español, por su parte, programa una serie de espectáculos que reciben duras críticas por parte de la prensa:

En el teatro Español, una vergüenza más. Gente poco escrupulosa, sin pizca de sentimientos humanitarios, para organizar veladas con poco dinero, va buscando a esos pobres náufragos de la vida que las olas de la sociedad constantemente arrojan sobre los veladores de los cafetines y tugurios de nuestro cosmopolita Distrito V. Ton Johnson (negro) contra Ángel Sala: Esta era la burla que a la indigencia hacían los organizadores de esta vergüenza deportiva, porque el pobre negro jamás había boxeado, tanto es así que al sonar el gongo permaneció sentado y preguntó si debía empezar; pero la perspectiva de ganar unas pesetillas con que satisfacer el imperativo del hambre, le dieron valor para someterse a recibir una paliza, pues su contrincante, aunque pugilísticamente hablando tiene un valor equivalente a cero, pues aún está en el A B C del arte, es un individuo que golpea como un ciego. Al primer round, el pobre negrito se fue a descansar”.

Es más, aunque no se citan locales, en agosto se publica una nota en la que se denuncia:

La Federación de Deportes de Defensa ha recibido la queja de algunos boxeadores que, sin su autorización, son incluidos en los programas que se organizan, en detrimento del boxeo, saliendo en vez del boxeador anunciado otro, usurpando su nombre y frecuentemente sin noción alguna de lo que es boxeo, todo lo cual se traduce en escándalos”.

También es un desastre la velada que el Sr. Huertas organiza a principios de septiembre en el Iris Park como parte de un conjunto de eventos que tienen como fin “la adquisición de aeroplanos de combate con destino al ejército de Marruecos”. Con este propósito, “son varios los boxeadores que han reiterado sus ofrecimientos para actuar gratuitamente, y otros por la mitad de las bolsas que perciben ordinariamente”, pero aunque el cartel incluye algunos combates interesantes, el resultado final se salda con un déficit de 300 pesetas.

Las veladas del Español cambian de forma radical cuando, a finales de agosto, los Sres. Pons y Paulí se hacen cargo de la organización. Desde el día 26 de ese mes, el teatro recibe una reunión pugilística semanal, algunas con combates tan atractivos como el que supone la derrota por k.o. del campeón de España del peso pluma, Ramón Miró, frente a su homólogo del peso gallo, Luis Vallespín. El combate entre Pedro Sáez y Gastón C. Anderson, que se celebra a mediados de septiembre, supone además la “primera vez que un reto se leva a cabo cumpliendo las formalidades requeridas por la Federación, depositando en ella una cantidad convenida como garantía del contrato”.

Los buenos carteles y la acertada organización se saldan con notable éxito deportivo y de público, por lo que a finales de septiembre los Sres. Pons y Paulí, “bajo la dirección técnica de nuestro amigo Larruy” (que en agosto ha dejado de pertenecer al AEP para encargarse de la dirección de las clases de cultura física y boxeo del BBC), deciden trasladar las veladas pugilísticas a la Bohemia, al ser “el más amplio salón que puede habilitarse para el boxeo”. En el nuevo local, Larruy organiza cinco veladas en otros tantos martes consecutivos, siguiendo su práctica de combinar debutantes –como Otero o Ribadulla– con profesionales consagrados como Luis Vallespín, Ramón Miró o incluso con la reaparición del veterano Fernando Martínez. El plantel de extranjeros, como también es práctica en Larruy, se reduce a la mínima expresión en la persona del francés Paul Gay, campeón pluma de Bouches du Rhône.

A partir de la tercera de estas veladas, además, los combates entre profesionales van precedidos por los enfrentamientos de un campeonato entre aficionados organizado por los Sres. Esmandía y Ciurana para la revista El Sport. Sin duda, la eliminatoria más llamativa es la que abre el concurso a mediados de octubre a base de cuatro combates entre infantiles cuya crónica, ofrecida por El Mundo Deportivo, supone una inigualable experiencia de periodismo deportivo, con párrafos como el siguiente: “Maciá, un niño, fue declarado vencedor de Martínez, un Ángelito que parecía un cupido de prominente tripita que, con marcado enojo, recibía los golpes que Maciá le pegaba poniendo una cara de ¿qué te he hecho yo a ti? Acertadamente el árbitro dijo: anda besaros y no os riñais más”. Y es que, como dice el propio pronista, “solo por el amor con que se cuida una recien plantada tomatera, para las ensaladas de mañana, puede verse con buenos ojos un campeonato amateur de boxeo integrado por tan tiernos retoños”. Esa velada, por cierto, estaba organizada “en honor de los notables equipiers del Barcelona F.C. Ricardo Zamora y Paulino Alcántara, a quienes se hizo entrega de sendas medallas de oro por su brillante actuación en el partido España-Bélgica”.

Además de todas estas reuniones, el verano pugilístico también incluye otros encuentros “menores”, como una velada con tres combates en el Principal Park de Sports y Atracciones de Granollers, “espectáculo nuevo en esta villa y que atrajo mucha concurrencia”; una exhibición de Joaquín Valls con Ángel Artero en julio en Ripoll, ciudad natal del primero; los combates disputados en la velada que organiza el Badalona F.C. en agosto en un local al aire libre; o el programa de boxeo, con dos combates a 6 y 9 asaltos, que prepara ese mismo mes el Club Deportivo de San Feliu de Llobregat con motivo de la fiesta mayor.

En Madrid, la Federación Nacional de Deportes de Defensa celebra el 5 de mayo su inauguración oficial con una reunión en el Ideal Polistilo a base de lucha, esgrima y boxeo. La pobreza del pugilismo puesto en escena lleva al comentarista del semanario Madrid Sport a lamentar que a pesar de que “el entusiasta presidente” hace cuanto puede y más, “en Madrid no hay boxeadores, ni aficionados, ni profesionales”.

Para paliar esta carencia, pronto empiezan a llegar a la capital algunos púgiles catalanes, cuya presencia anima un tanto el panorama (p.ej., Ángel Munich, Frank Puig, José Ubach y Blind combaten en julio en el Gran Casino de la Ciudad Lineal). El gallego Andrés Balsa –noqueado en la Argentina el año anterior nada menos que por Firpo– es cabeza de cartel en dos veladas que se celebran en julio y agosto en el teatro de la Zarzuela y en el Parisiana, respectivamente, pero aunque vence en ambas por k.o., no puede evitar que las reuniones sigan resultando decepcionantes para los aficionados.

Sin embargo, la afición al boxeo no deja de crecer en la capital, como muestran la incorporación y los progresos de varias entidades a la práctica de este deporte. Así, en febrero los empleados del Ayuntamiento constituyen la Agrupación Deportiva Municipal, en la que pronto se entrenarán algunos boxeadores tan relevantes como Mario de las Heras; en julio, la Agrupación Deportiva Ferroviaria crea una sección dedicada al boxeo, bajo la presidencia de Ricardo Espada. En agosto, la Real Sociedad Gimnástica Española adquiere un nuevo local en las calles Barbieri, 22, y Libertad, 29, en el que se realizan obras para un gimnasio grande y moderno en el que, entre otras cosas, se construye un ring para boxeo y lucha.

sábado, 8 de enero de 2011

1921 La Federación Española de Deportes de Defensa (1)


A diferencia de las organizadas por el Ateneo Enciclopédico, las últimas veladas de 1920 en Barcelona no satisfacen a todos. En palabras del redactor de boxeo de El Mundo Deportivo que firma con el seudónimo de Time-Keeper:En el teatro Cómico siguen dándose una serie de bufas exhibiciones de boxeo a las cuales es lastimoso que cooperen los boxeadores que en serio boxean en otros sitios, y muy de lamentar que las entidades pugilistas presenten su apoyo con su nombre a tales comedias que en beneficio del boxeo dejaremos de reseñar, pues no queremos contribuir a que se se engañe al público con tales comedias haciéndolas pasar por tremebundos combates”.
De forma específica, se refiere el periodista de la siguiente manera a las dos matinales del domingo 9 de enero, en su artículo “El boxeo en peligro”:
Fueron el domingo pasado las dos sesiones matinales fiel reflejo de que el boxeo se acaba, pues mientras en Las Arenas algunos boxeadores cooperaron a la bufonada de este farandulero del sport que tanto daño viene causando al boxeo con sus lamentables combinaciones, pues no hay que olvidar que fue el director de las pantomimas del Parque y de la mamarrachada de la Paloma, en el Teatro Cómico dos boxeadores, de los que salen a menudo con Anderson, engañaron miserablemente al público y a los organizadores, trabajando como si para el señor Anderson se tratase, ya que su boxeo no pasó de una lamentable exhibición (…). De hoy en adelante, el Boxing y el A.E.P., que por el momento representan la seriedad pugilística, ínterin no haya una Federación que, como en Francia, prohiba este boxeo de barraca de feria, deben abstenerse de incluir en sus programas a los boxeadores que se prestan a las combinaciones y cooperan a la primera mamarrachada que les ofrece unas pesetas”.
Lo cierto es que en los últimos tiempos han aumentado las voces que reclaman una entidad que regule un deporte que se ha revelado de enorme interés para el público.
Hoy, en nuestro pequeño mundo pugilista sin una autoridad suprema, sin una federación, reina tanto desbarajuste y tan menuda ambición, que el organizar honradamente una velada es un calvario, porque empresarios y boxeadores, al unísono, solo miran su interés particular y no el del boxeo, que es de utilidad pública. No todos los organizadores sin lo suficientemente escrupulosos para no admitir en sus programas a boxeadores ya acomprometidos con otro, ni todos los boxeadores son lo suficiente sensatos para desechar el celestineo de los empresarios que, a sabiendas, les buscan cuando saben que están comprometidos por otro (…). Contra esta falta de discernimiento, contra esta ambición personal, que mataría al boxeo apenas nacido, debe alzarse la autoridad de una federación que vele por los intereses del noble arte”.
Última muestra de este lamentable estado, la velada organizada para el jueves 13 de enero por el Ateneo debe ser suspendida “por poca seriedad de algunos boxeadores”.
La necesidad de una federación es tan evidente que en diciembre de 1920 el redactor de El Mundo Deportivo, Sr. Bóveda, se traslada a Madrid para gestionar “cerca de las entidades deportivas de la Corte la formación de la Federación Española de Deportes de Defensa”. Sin embargo, la falta de acuerdo entre catalanes y madrileños propiciará un desencuentro del que surgirán dos comités regionales que funcionarán a modo de federaciones paralelas.
Así, en Barcelona, el viernes 14 de enero de 1921, convocados por el Ateneo Enciclopédico Popular, “se reunieron en su domicilio social los delegados de las entidades que practican los deportes útiles para la defensa individual, los cuales después de oír al señor Larruy, que interinamente presidía la reunión, al coronel don G. Pérez Acosta y a don Ricardo Esmandía, reconocido el móvil cultural y patriótico que había motivado la convocatoria, se acordó por unanimidad la constitución de la Federación Española de Deportes de Defensa, quedando nombrada para la Región Catalana el siguiente Comité Regional: presidente, don Ramón Larruy, del AEP; vicepresidente 1º don Lorenzo Ramonet, de la PVB; vicepresidente 2º don Benito Sesma del Sporting BC; secretario, don Ricardo Esmandía, del GBC; vicesecretario, don Emilio Pellicer de la AV del Ateneo Obrero de San Andrés; tesorero don G. Pérez Acosta, del Círculo Militar; contador, don José Vilanova, del Barcelona BC; vicecontador, don Vicente Huerta, de la Agrupación Atlética; vical 1º don José Bertín, del Tiro Nacional; vocal 2º don Vicente Peades, de “Sang Nova”; vocal 3º, don Juan Elías, del Boxing Club; vocal 4º, don Juan Mognes, del CBC; vocal asesor, don Juan Casanovas, por los árbitros. Reunidos ya en junta, acordaron nombrar Comités écnicos para la reglamentación del boxeo y la lucha grecorromana, así como también de los otros deportes que tengan en la Federación Española representación
Pocos días después, Bóveda informa desde Madrid que “es en la Sociedad Gimnástica Española donde mejor acogida ha tenido la idea de crear una Federación de deportes de defensa, lanzada felizmente por nuestro amigo señor Larruy (…). Hacía tiempo que trabajaban ya en este sentido y habían empezado la confección de reglamentos que felizmente son muy parecidos a los proyectados en Barcelona (…). Todos los días nos reunimos con el capitán de la Sección de Deportes de Defensa de la Sociedad Gimnástica, don José M. Gaucedo, encargado por la afición de Madrid para hacer los trabajos necesarios para la creación de la Federación, que aunque en Barcelona esté ya creada, no será obstáculo”.
Sí debe de serlo, pues aunque Bóveda continúa con sus gestiones en la corte hasta mediados de marzo, apenas dos semanas después de la constitución de la organización catalana, la prensa madrileña anuncia que “se han constituido en Madrid las Federaciones nacional y regional de boxeo y luchas, con la siguiente junta directiva: Presidente, D. Emilio Bautista; Secretario, D. Miguel Sancho; tesorero, D. Alberto Vivanco; contador, D. Julián Delgado; vocal de grecorromana, D. José María Gancedo; ídem de boxeo, don Antonio Arriga; ídem de lucha libre, D. Heliodoro Ruiz”.
El panorama en este ámbito resulta algo confuso durante unos meses. La organización catalana se ha constituido de hecho como Comité Regional, aunque pretende afianzar su preponderancia en todo el país, mientras que la organización madrileña se autodenomina Federación Nacional de Deportes de Defensa, y como tal comienza a organizar diversos encuentros.
En la ciudad condal, los clubes del Comité Regional deciden finalmente constituirse oficialmente en Federación Española de Deportes de Defensa en septiembre de ese mismo año. A finales de agosto, el comité había trasladado su domicilio desde el local del AEP hasta el del Barcelona Boxing Club, y es aquí donde, a instancias de Ramón Larruy, se reunen el día 9 de septiembre los delegados de los clubes para proponer una candidatura que, aprobada en otra reunión convocada una semana más tarde, supone la siguiente Junta Directiva: presidente, don Ignacio Amat; vicepresidente primero, don Lorenzo Ramonet; vicepresidente segundo, don José Vilanova; secretario, don Ramón Larruy; vicesecretario, don Vicente Huerta; contador, don Ameliano Gargalló; vicecontador, don Antonio Masip; tercero, don Gregorio Pérez Acosta; vocales, don Alfonso Tusell, don Manuel Cejuda, don Pedro Arcas, don Juan Cirera y don Juan Casanovas. “Como árbitros oficiales se nombraron a don Juan Casanovas, don Juan de la C. Duarte, don César M. Reyes y al profesor Tony Berton”.
El día 16 también queda constituido el Comité Regional de la Federación por los siguientes clubes: Barcelona Boxing Club, Sporting Boxing Club, Secció de Boxa del Centre Nacionalista Republicá del Clot, Agrupación Deportiva Cataluña Sporting Club, Agrupación Vida del Ateneo Obrero de San Andrés de Palomar, Agrupación Sportiva Cataluña Boxing Club, Pugilístic Club de Gracia, Colom Boxing Club, Agrupación Deportiva Punching-Ball Club y el Club Deportivo Urano. Como presidente del Comité es elegido don Ricardo Esmandía, y como secretario don Antonio Santasusagna.
La Federación, con todo, apenas alcanzará a regular el apetitoso panorama del boxeo, que en Barcelona supone una agenda llena de convocatorias: en tres meses se celebran 21 reuniones en 7 locales diferentes y organizadas por 6 entidades distintas y en diferentes días de la semana (miércoles, jueves, sábado, domingo…).
Así, apenas dos días después de la creación de la Federación –en enero de 1921– el Teatro Cómico vuelve a abrir sus puertas a las matinales de boxeo, aunque esta vez bajo la dirección de Larruy, mandatado por el Sporting Boxing Club. En la primera, Zaldívar, que pone k.o. a Warrior en apenas medio minuto, demuestra que “está colosal” y aspira a un puesto entre los grandes. Ese mismo mes, la Peña Ciclista Gracienca, en colaboración con el Club Ciclista Gavanenc, organiza en la pista de éste último un festival en homenaje a Salvador Armengol que incluye dos combates de boxeo. Un mes más tarde, Sáez y Cañizares ofrecen una exhibición en el descanso del partido de fútbol F.C. Barcelona – Tarrasa.
La sección deportiva del Ateneo Enciclopédico Popular, por su parte, continúa con sus veladas de los jueves en el Iris Park, aunque solo alcanza a organizar tres más. En la última se incluye el combate en el que Miró, campeón de España del peso pluma, se enfrenta al peso ligero Blind. Amonestado por el árbitro, Juan Casanovas, y amenazado con la descalificación, Miró abandona.
En la Bohemia Modernista, la revista El Sport organiza en febrero una velada en la que, al margen del combate en el que Pedro Sáez noquea en dos asaltos a Tomás Thomas, destaca el que por acuerdo de la Federación –que patrocina la reunión– los combates pasan a ser dirimidos por medio de tres jueces, “y no por un solo árbitro como se hacía antes”. Este mismo escenario es el escogido por el Barcelona Boxing Club para las veladas que comienza a organizar los jueves a partir de febrero. En la segunda de dichas reuniones, Federico Zaldívar y Blind se enfrentan por el título de España del peso ligero, alcanzando el primero la victoria por abandono de Blind en el quinto asalto.
Las matinales “de cabaret” del Teatro Apolo también experimentan un cambio cuando, en febrero, Frank Hoche se hace cargo de su dirección, aunque solo alcanzará a organizar dos reuniones: el sábado 12 de febrero, el propio Hoche vence al francés Rustán, mientras que el domingo, Ortíz (dado por “campeón de Cataluña”) se enfrenta al francés Chassegne (“campeón del Languedoc”). Pero aunque en marzo el polifacético Ramón Larruy releva al francés en la dirección de las veladas, Hoche continúa formando parte de los combates principales de las tres que se celebran durante ese mes.
También en marzo, el Iris Park vuelve a acoger a los boxeadores y a los aficionados de la mano del Sporting Boxing Club, en cuya velada Pedro Sáez vence por puntos a Ángel Artero en combate a diez asaltos. En el mismo local, Sáez retiene el título de campeón de España del peso welter –Joaquín Valls ha vuelto a Francia– al hacer nulo contra José Ubach.
Citaremos finalmente, dentro de este periodo, la reunión ya clásica de combates de entrenamiento “a la americana” que organiza en febrero el Pugilistic Club de Gracia.