DÉCADAS IRREPETIBLES

Al igual que mi otro blog dedicado al boxeo, este pretende recuperar la memoria de unos años irrepetibles, desde finales del XIX hasta los años 30 del siglo XX. En "Audaz y tanguista" se rinde homenaje a algunos de los bravos púgiles que protagonizaron este periodo, entre ellos a mi propio abuelo, verdadero germen de todo esto, Ángel Tejeiro. En este blog recupero la Historia con mayúsculas de unas décadas irrepetibles. Para ello he recurrido a las hemerotecas digitales disponibles: El Mundo Deportivo, La Vanguardia, ABC, La Jornada Deportiva, El País Vasco, Diario de Alicante, El Eco de Cartagena, El Noticiero Gaditano, El Porvenir, La Tierra y Madrid Sport. Salas como el Iris Park o el Olympia de Barcelona, nombres legendarios como Frank Hoche, Felix Pomés, Passapera, Ángel Munich, Barcino, Condor... Es un trabajo en construcción: aún estoy en ello, y animo a todos los que posean información interesante -y en especial imágenes originales- a que me ayuden en esta tarea. Y hechas las "confesiones", choquemos los guantes y vayamos al primer asalto.

jueves, 1 de marzo de 2012

1922 La Federación Española de Boxeo (2)

A mediados de 1922 es evidente que la Federación (las federaciones) no solo no satisface los deseos de quienes siguen, organizan y participan del boxeo, sino que, afectada por intereses particulares o ajenos a este deporte, supone en la práctica una fuente recurrente de protestas.

Además, en enero, la
Federación Española de Deportes de Defensa no procede a renovar su junta directiva, como establecen sus estatutos, lo que provoca duras críticas.

En Madrid, la Federación Nacional de Deportes de Defensa convoca a los aficionados al boxeo a una asamblea que se celebra el 23 de febrero, “para tratar de la reconstitución de la Federación”, de la que sale la constitución de la Federación Nacional de Boxeo de Aficionados, con Emilio Bautista como presidente, Alberto Maluquer como secretario, la Real Sociedad Gimnástica Española como tesorero, y Joaquín Ruiz Vernacci como contador.

En abril, el presidente del Barcelona Boxing Club, Pedro Carreño, envía una carta a todos los clubes en la que afirma, en relación con la Federación:

En ella se han introducido elementos extraños a los boxeadores (…). Al renovarse la Directiva de la Federación, el empeño de todos los boxeadores ha de estar en que la nueva Directiva esté integrada por gente apta y afín a los boxeadores (…). Antes de ir a la reunión rectora de la Federación (…) hemos acordado reunir a los presidentes y secretarios de todas las entidades federadas o no, el día 7, a las 22, en nuestro domicilio social (Pino 11, Centre Ampurdanés)”.

Domicilio social, por cierto, que es sustituido por la nueva sede de Conde de Asalto, 58, primero, con ocasión de la renovación de la junta directiva del BBC en mayo de ese año.

En los meses siguientes los representantes de los clubes vuelven a reunirse en varias ocasiones, mientras en Madrid, Alberto Maluquer trabaja para que la reorganización de la Federación vaya al unísono con la de Barcelona. En julio el Comité Regional catalán se reune con carácter extraordinario, y el 30 de agosto, en el local del BBC, acuerda por unanimidad cambiar el nombre de la Federación por el de Federación Española de Boxeo.

Se procede además a la elección de la siguiente junta directiva: presidente, Lorenzo Ramonet (Colom Boxing Club), vicepresidente, José Clols (Cataluña Sporting Club), secretario Ramón Larruy (Secció d’Esports del C.L. de Reus), vicesecretario José de Cuevas (Colom Boxing Club), contador Jaime Piera (Catalunya Boxing Club), vicecontador Abelardo Vilaret (Atlétic Boxing Club de G.), tesorero Ignacio Amat (Club Gimnastic de Tarragona), vocal asesor Juan Casanovas (Colegio de Árbitros), vocales Luis Laboria (Punching-ball Club de Gracia), Antonio Massip (Carpentier Boxing Club), José Comas (Sporting Boxing Club), Juan Cervera (Secció d’Esports de la I.N.S.N.), Rafael López (Barcelona Boxing Club). Los miembros de dicha junta toman posesión en la primera reunión, que se celebra el miércoles 6 de septiembre en el local del BBC.

La temporada de verano

En mayo se abre el plazo de inscripción –en la sede del BBC– en las veladas que dirige Larruy en el Parque, basadas en combates a la americana de 4 rounds de 3 minutos. A finales de septiembre de ese año, el activo club publica el número 1 de su órgano oficial, bajo el título de Boxing.

Aunque la inauguración de la temporada en el Parque se programa para el jueves 16 de junio, deberá ser pospuesta hasta la semana siguiente “por no resultar exacto el peso que declararon muchos boxeadores al inscribirse”. Desde ese día, todos los jueves hasta finales de septiembre se suceden, sin interrupción, unas veladas que gozan de gran aceptación por parte del público, con frecuencia más compuesto por curiosos que por verdaderos aficionados al boxeo. Como en otras temporadas, Larruy huye de los boxeadores estrella y de engañosos reclamos extranjeros, combinando en su lugar a jóvenes que comienzan su andadura en este deporte con púgiles de reconocida solvencia, en lo que constituye una verdadera cátedra de boxeo.

De estas veladas, al margen de algunos combates verdaderamente memorables, podemos destacar dos detalles. Por un lado, la inclusión de un torneo de pesos ligeros en los que participan ocho púgiles, y en el que Conrado Sancho vence en la final por puntos a Guillermo Deprades. Por otro, el debut de algunos púgiles que alcanzarán en pocos años el título de campeones de España –como Hilario Martínez y Tomás Cola– o que, sin llegar tan alto, tendrán larga trayectoria en este deporte, como Mompó.

Como en otras temporadas, Anderson organiza reuniones veraniegas controvertidas, esta vez con el Gran Teatro Español como escenario. La regularidad, con todo, no puede compararse con la del Parque. En una primera velada, el canadiense presenta a sus hijos Gastón y Sergio, que son derrotados a los puntos por el campeón de los welter, Joaquín Valls, y el campeón de los pesos mosca, Luis Vallespín, respectivamente. En esa misma velada, el árbitro detiene el combate antes de que Ortiz lesione de gravedad a “un infeliz marinero que para salir del apuro cazaron a lazo un día antes”.

A principios de julio, el aficionado al boxeo Gaspar Solivas –que en distintas ocasiones ha ofrecido premios a los pugilistas– sorprende a los aficionados al sustituir a Anderson en la organización de las veladas en el Español, anunciando además la intención de celebrar reuniones todos los sábados. Breve paréntesis, no obstante, pues Solivas solo alcanza a celebrar una velada con 7 combates, tras la cual vuelve Anderson a dirigir dos reuniones en el local, ambas con su hijo Gastón como base.

Además de las convocatorias del Parque y del Español, el verano de 1922 aún contempla otras reuniones como la organizada en julio en Mataró por el Casal Catalanista en sustititución del desaparecido Mataró Boxing Club (en la que Kamalof y Al Baker ofrecen una exhibición); el festival de boxeo y lucha que organiza en julio la Joventut Nacionalista Sang Nova; la vuelta al circuito pugilístico del Iris Park con dos reuniones que tienen lugar en agosto; o la reunión que se celebra ese mismo mes en el Teatro Principal de Girona, que incluye el combate del americano Young Cohen contra Ortiz.

En Madrid, a las veladas de la Peña Pugilista en el Ideal Polistilo se suman este verano las tres reuniones que organiza en agosto el Club Parisiana, con el gallego Andrés Balsa como figura indiscutible, además del festival deportivo que se celebra en septiembre a beneficio de la Unión Madrileña de Periodistas Deportivos.

Por cierto, en una de las veladas que se celebran en julio en el Ideal Polistilo debuta el vizcaíno Solinís, quien pronto se va a convertir en una de las referencias indiscutibles para los aficionados de la capital. Su rival en esa ocasión es el madrileño Emilio Balué, quien “por su amor al boxeo” ha fijado su residencia en Barcelona y milita en el Sporting Boxing Club.

La Agrupació Esport Pugilistic

Las siglas AEP, que tan populares en el mundo del boxeo hiciera el Ateneo Enciclopédico Popular, renacen en octubre de 1922 de la mano de la Agrupació Esport Pugilistic, “integrada por varios entusiastas del noble arte dispuestos a dar una sana orientación a este viril deporte”. La AEP anuncia su intención de organizar veladas semanales en el Iris Park, en las que adoptará las cortas distancias, “variables entre los cuatro y ocho rounds como máximo y diez cuando se trate de un campeonato, por no permitir la Federación el disputarlo a menor distancia”. Todos los rounds de la AEP serán además de 3 minutos, y los guantes, de 4 onzas, serán sorteados en cada combate.

La AEP organiza un total de 10 veladas entre octubre de 1922 y enero de 1923, la mayoría de las cuales se saldan con gran éxito de público y deportivo. Aunque no mantienen un día de la semana fijo –comienzan los jueves, pero para no coincidir con el Liceo las pasan luego a los martes, miércoles o viernes– el Iris Park es el único local utilizado, siempre con cinco combates por noche. Estas veladas cuentan con la presencia habitual de numerosos púgiles extranjeros, franceses en su mayor parte, entre los que se incluyen Paul Siterre, Joseph Marco, Paul Gabriel, Vernier (campeón francés de Argelia), Soliman, Michel, Mokadoni, André Simeth (campeón de Suiza) o Leroy (campeón de Bélgica del peso pesado ligero). Entre los púgiles nacionales aparecen algunos nombres importantes como Joaquín Valls (que recupera en diciembre su título de los welter al vencer a Pedro Sáez), Ricardo Alís, Blind, Gastón o Víctor Ferrand (que al vencer a Manuel González queda clasificado como challenger de Luis Vallespín), entre otros.

En este periodo, las reuniones de la AEP coinciden con otras 8 convocatorias organizadas en 6 escenarios diferentes, que transcurren sin pena ni gloria, incluyendo las matinales de domingo en el Teatro Principal, las veladas que organiza Anderson en el Teatro Novedades y el Circo Pallise (en las que toman parte sus dos hijos), la que dirige Kamalof en El Bosque para la empresa Callicó, y dos reuniones organizadas por el Athletic Boxing Club y el efímero American Boxing Club.

En Madrid, el Boxing Castilla comienza a principios de noviembre a organizar sus propias reuniones, que durante un mes se solapan con las de la Peña Pugilista; el 9 de diciembre –fecha en que coinciden dos veladas organizadas por estas entidades– la Peña deja de preparar reuniones y el Boxing Castilla le toma el relevo.

Barcelona, y en menor medida Madrid, no acaparan sin embargo toda la actividad pugilística de este año. En Alicante existe cierta afición a este deporte –ya hemos comentado que Frank Crozier imparte clases en la ciudad, donde en noviembre del año anterior se ha enfrentado a Balsa–, y en junio de 1922 los aficionados pueden asistir a un festival pugilístico en la plaza de toros, con la victoria de Carlos sobre Frank Puig en el combate estelar. Sin embargo, el momento clave llegará en noviembre de este mismo año, cuando se constituya la Agrupación Pugilista Alicantina, con Francisco Ortiz como presidente y Frank Crozier como profesor de boxeo y gimnasia.

Un poco más al norte, en Valencia, el local conocido como Ba-ta-clan recibe entre agosto y septiembre tres reuniones de boxeo; en la primera, Agustín Villar arrebata a Acevedo el título de campeón local. A finales de octubre, el Levante español se dota de su propia federación regional de boxeo.

En el País Vasco, el interés por el boxeo comienza a ser notable, aún cuando diste mucho de la verdadera pasión que está próximo a despertar Paulino Uzucun. En Bilbao uno de los principales centros se sitúa en el Boxing Club de Enrique Mogrovejo, con sede en la taberna Polo del Campo Volantín. En San Sebastián ese lugar pronto lo ocupa el francés Casalonge, ex entrenador del campeón francés Georges Carpentier, que abre un gimnasio de boxeo y gimnasia en el número 13 de la calle Peña y Goñi. El Gimnasio Casalonga, de larga vida, pronto será el lugar donde comiencen su carrera algunos grandes púgiles como el propio Uzcudun, Ignacio Ara, Juanito Olaguibel o Lete, entre otros.

1922 La Federación Española de Boxeo (1)

Ya hemos comentado que Juanito Elías, el promotor más profesional y de mayor éxito de cuantos han trabajado en Barcelona, comienza en diciembre de 1921 a organizar una serie de veladas, aunque éstas no tienen lugar en la Bohemia sino en el tradicional Iris Park. Así, desde el 15 de diciembre y durante tres meses, los jueves en el Iris se convierten en la referencia indiscutible de los aficionados al pugilato, que habitualmente llenan el local. Los carteles que ofrece Elías están bien confeccionados, siempre con el atractivo de púgiles extranjeros, algunos de notable nivel –numerosos franceses como el campeón militar Hervé, Augusto Grassi, León Derensy, Paul Gabriel, Paul Gay, Denain, Robur, Dedieu, Auger, Constant Barrick o Charles Raymond, pero también Dejoie, campeón de Suiza– encabezados por el indestructible Al Baker.

En una de las veladas de marzo, Frank Hoche es derrotado a los puntos nada menos que por Battling Siki, quien unos meses después se convertirá en campeón del mundo del peso pesado ligero; unos días antes, el campeón de España del peso mosca, Luis Vallespín, ha obligado a abandonar a su homólogo francés, Bouzonnie. Hoche –démoslo ya por español– y Vallespín son dos de los grandes púgiles nacionales que participan en estas brillantes veladas; junto a ellos aparecen otros como Pedro Sáez o Ricardo Alís, que debuta en el peso welter. Finalmente, no podemos dejar de mencionar a los púgiles que debutan en estas reuniones, casi siempre abriendo la noche, como Vila, Aracil, Odena, Pares, Marlés… o a un jovencísimo José Gironés, que vence por puntos a Mauricio.

Por otra parte, el Iris Park no solo recibe veladas sino que, en sus instalaciones, se abre en febrero una academia de boxeo –el Iris Boxing Club– bajo la dirección de Frank Hoche.

Volviendo a Juanito Elías, de su buen hacer como organizador da ejemplo el contraste entre el espectacular lleno del Iris Park en la reunión que, celebrada el 24 de febrero de 1922, toma como excusa el agasajar a la escuadra inglesa atracada en el puerto de Barcelona, con la que por el mismo motivo se celebra dos días antes en el Teatro Circo Barcelonés, en la que, además de una llamativa ausencia de público, se registran graves incidentes por un retraso de casi dos horas en el comienzo de los combates, la inclusión en los anuncios de púgiles que no habían dado su consentimiento, y la negativa del empresario a pagar a los boxeadores. El lamentable experimento termina en el juzgado.

Valga esta comparación como entrada al “apartado de varios”, como podemos calificar a la relación de reuniones esporádicas de distinto carácter que, en estos meses, coinciden con las convocatorias del Iris Park.

Algunas de estas reuniones consisten en los ya habituales encuentros benéficos o de entrenamiento organizados por los clubes. Así, en el nuevo local del Pugislistic Club de Gracia en el número 27 de Milá y Fontanals, se efectúa en enero una velada de boxeo en la que, además de actuar el campeón de España del peso mosca, Monterde, Pedro Sáez y Al Baker ofrecen una exhibición a tres rounds.

En mayo, el Olimpic Boxing Club inaugura su actividad con una velada con cinco combates, que registra una gran concurrencia. Ese mes se anuncia que “la Junta del Sport Ciclista Badalonés ha combinado para los días 4 y 5 de junio (Pascua) un sugestivo programa de carreras y otros actos deportivos que se efectuarán en el Velódromo de Badalona” entre los que se incluyen “tres grandes combates de boxeo a cargo de boxeadores pertenecientes al S.C.B.”.

Otras convocatorias tienen un carácter más empresarial, como las veladas que, en enero, organiza la empresa del teatro Batrina de Reus. Por su parte, el Gran Teatro Español, que aparece y reaparece en lo pugilístico como el Guadiana, ofrece en marzo una matinal de boxeo en la que la mano de Anderson se aprecia en la presencia en el cartel de sus dos hijos, Sergio y Gastón.

En abril, Hoche vence por puntos en el Frontón Condal a Andrés Balsa, y en La Bohemia, el Royal Boxing Club, bajo la dirección de Mr. Leclerc, organiza una velada que se presenta como la primera de una serie en la que se presentará a los mejores boxeadores franceses. Lo cierto es que dicha “serie” solo tiene continuidad en una reunión que se celebra a principios de mayo, cuya crónica en El Mundo Deportivo nos ilustra sobre el importante avance que ha experimentado este deporte en nuestro país durante la última década: “Mr. Leclerc, en su demostración de golpes prohibidos, cometió errores de bulto (…). Su demostración hace diez años nos hubiese parecido una ventana que se abría a la luz; hoy no nos ha convencido y la encontramos criticable”.

Ese mes, un festival deportivo que se celebra en San Andrés a beneficio de los soldados deportistas del batallón de Badajoz nº 73, que se hallan en Xaouen, incluye exhibiciones de boxeo de Aragonés contra Rovira y de Bel contra Ferrer.

En abril no falta además quien pretende aprovecharse de la relación entre Elías y el Iris Park para ofrecer dos veladas en el mismo local en un intento de confundir a los aficionados. Tal vez es a ellos a quienes se refiere el cronista de El Mundo Deportivo que afirma que “de tanto en tanto surgen desaprensivos empresarios que al rescoldo de la gran hoguera preparan mamarrachadas”. El resultado no se hace esperar:

De hoy en adelante Juanito Elías no organizará en el Iris (…) por la concurrencia en el mismo local de otros empresarios (…), tomando la espaciosa sala del Frontón Condal que, desde ahora, será el marco que encerrará sus grandes reuniones. La única cosa que hacía antipática al público la sala del Frontón era el enrejado de salvar las pelotas, y con muy buen acierto será quitado para que el público no vea a los boxeadores como dentro de un gallinero”.

Ello no significa que el Iris Park deje de recibir reuniones pugilísticas. Así, en mayo los promotores Huertas y Quintela organizan una velada con cuatro combates y Joaquín Valls como cabeza de cartel. Ese mismo mes, el Iris Boxing Club inaugura la sala de boxeo que dirigen finalmente Frank Hoche y Vicente Huerta con una velada que se celebra el viernes 12 con cuatro combates de boxeo y una exhibición de Hoche con Kamalof, Valls, Robert y Ubach; la segunda velada, una semana después, incluye cuatro combates entre alumnos de distintos clubes.

Por otra parte, Elías no abandona completamente el Iris. A una velada en el Frontón Condal, en mayo, en la que Ricardo Alís bate por puntos a Blind (“Blind, no obstante su derrota, continúa siendo campeón de España del peso ligero, título que el día que la Federación sea algo por voluntad expresa de los clubs, y se decida a organizar los campeonatos, tendrá seguramente que abandonar por no poder hacer el peso”), sigue otra en el Iris Park en la que Al Baker obliga a abandonar a Hoche. En junio es de nuevo el Frontón el local en el que el campeón de Francia del peso plumna, Eugene Criqui, noquea al senegalés Joe You You.

Unos días más tarde, salta la sorpresa con el anuncio de Juanito Elías de su retirada como empresario de boxeo: “ya he cumplido mi palabra. Ahora, que otros sigan el cauce abierto… si es que hay bastante afición”. No todos alcanzan a creerle, como prueban las palabras de Ramón Larruy unos días más tarde: “Elías hace demasiado tiempo que está enfrascado con el boxeo como para que lo deje así como así. Cuando dice que se retira, hace como que se va y vuelve”. Y es que, efectivamente, el sábado 15 de julio el popular promotor reaparece con la organización de una reunión en el Teatro Español en la que Pedro Sáez vence a Ricardo Alís en un combate en el que ambos se disputan la challenge al título nacional del peso welter.

En la primavera de 1922 aún encontramos veladas ocasionales en otros lugares de la geografía catalana, como la que organiza en mayo el Club Gimnástic de Tarragona, en el Teatro Principal de esta ciudad, en la que participa una representación de púgiles barceloneses enviada a la ciudad por “el distinguido deportista don Ignacio Amat”, o la reunión que tiene lugar en junio en el teatro del Balneario de Tortosa, en la que Luis Vallespín vence por k.o. a Sarn-Dairt.

En Madrid, el año 1922 también ha comenzado con fuerza en lo pugilístico. La primera serie de convocatorias la organiza Anderson en el teatro de la Zarzuela, donde se celebran en febrero tres reuniones vespertinas de fin de semana (en las que su hijo Gastón interviene en el combate principal) y una velada en marzo con el combate entre Balsa y Almela como principal atractivo. Para estas reuniones contrata Anderson a varios púgiles catalanes, entre los que figuran José Ubach, Fernando Urtasun, Americano, Cañizares, Sesma y otros, y su triunfo en la corte supone un paso importante para consolidar la presencia de púgiles de la ciudad condal, como celebra un redactor barcelonés:

Deportivamente ha sido un éxito que deja entrever que, trabajando honradamente, será Madrid pronto una nueva plaza para nuestros boxeadores. (…) No como otras veces (…) como hizo Frank Puig en Valencia con cuatro infelices que, después de usurpar nombres de conocidos boxeadores, llegaron a la bufonada de combates de boxeo mixtos, entre una artista y un payaso, digo, un boxeador, con lo cual mataron, en flor, la afición al boxeo en la hermosa ciudad del Turia”.

Tres meses más tarde, Alberto Maluquer se lleva a la capital a Munich, Small y Agustín Villar [ ] y contribuye a que, a finales de año, un periodista madrileño pueda afirmar:

La afición al pugilismo ha crecido notablemente entre nosotros. La constante visita de boxeadores catalanes que han puesto de relieve, en su mayoría, su dominio del noble arte, ha sido la causa principal determinante del desarrollo de esta afición”.

Y es que en abril, la Peña Pugilista Madrileña comienza a organizar una larga serie de veladas semanales que llegarán hasta el mes de diciembre, en las que toman parte púgiles de primer nivel, casi siempre españoles, con una amplia presencia de boxeadores catalanes. Aunque las primeras reuniones tienen lugar los domingos en la casa de baños El Niágara, sede del Club Natación Atlético, la Peña traslada en mayo sus actividades al Ideal Polistilo, que con las reuniones semanales de los sábados por la noche se consagrará como uno de los principales escenarios del boxeo en Madrid. Entre las anécdotas de este fructífero periodo podemos destacar el combate nulo entre Quintana y Deprades “por quedar los dos k.o. simultáneamente”.

A estas citas se suman otras organizadas por diversas entidades, como el festival deportivo de febrero en el salón de actos del Fomento de las Artes (con un combate entre los aficionados René de Birazsil y Lorenzo Díaz).

1921 La Federación Española de Deportes de Defensa (3)

En otoño, al margen de alguna velada con carácter aislado –como la que el Sr. Germá organiza en Las Arenas en septiembre–, las reuniones de los martes en la Bohemia coinciden en el tiempo con las matinales que la empresa “Boxeo Doré” comienza a organizar en el Teatro Doré desde mediados de octubre. Con una frecuencia semanal, estas reuniones combinan matinales dominicales con veladas entre semana, y en ellas vuelve a optarse más por el espectáculo que por la deportividad, recurriendo a púgiles franceses (como Denain, Jean Andree, Rustan, Luciani o Barley) y a voluminosos veteranos como Frank Hoche, Gastón C. Anderson o Juan Molero. En una de estas reuniones debuta en la ciudad Al Baker, negro norteamericano del peso pesado ligero, quien bajo la dirección del promotor Juanito Elías combatirá en 11 ocasiones en Barcelona contra púgiles extranjeros de renombre (Kamalof será su único rival español), con el resultado de 9 victorias (8 de ellas antes de tiempo), un nulo y una única derrota por puntos.

A mediados de noviembre de 1921 se produce un cambio de escenarios. Paulí, que organizaba las veladas de la Bohemia, traslada sus reuniones al Iris Park, mientras que la empresa del Doré anuncia que abandona este local para trasladarse a la Bohemia (aunque solo llega a realizar una convocatoria).

Queda, pues, el Iris Park como escenario único del boxeo en Barcelona, con reuniones los martes y jueves en las que púgiles de primer nivel, bien conocidos por la afición local –como Luis Vallespín, Blind, Pedro Sáez, o un pujante Ricardo Alís– se combinan con boxeadores franceses –Jean Andree, Young Doumontel, Henri Verne, Paul Gay, Denain– con los que se pretende incrementar el atractivo de los carteles. En una de estas veladas, la que se celebra el 15 de noviembre, “el Sr. Paulí adopta la regla de 3 minutos para todos los combates de la velada”, con lo que “instaurará una nueva costumbre que no tardará en dar sus frutos”. En otra, dos semanas más tarde, “por primera vez en España [Gastón Anderson vs Ubach, y Paul Gay vs Denain] usarán vendajes duros”.

A principios de diciembre, sin embargo, el panorama pugilístico barcelonés da un vuelco con la noticia de que “Juanito Elías, el que de más antiguo brega con el boxeo, ha creído que la fruta está ya en sazón y al frente de una peña de sportsmans entusiastas del noble arte, entrará en juego con cartas nuevas (…). Estas veladas, naturalmente, tendrán efecto en el gran salón de la Bohemia, único que por su capacidad permitirá cubrir los crecidos presupuestos que estas veladas con boxeadores de fama mundial ocasionarán”.

En este año de 1921 se celebran además otros eventos deportivos en los que el pugilato tiene presencia. Así, en octubre, las fiestas de San Miguel Arcángel que se celebran en la Barceloneta incluyen “grandes combates de boxeo”; y el instituto de deformados de la guerra organiza en el Turó Park un festival que incluye carreras pedestres, ju jutsu y cuatro combates de boxeo. En noviembre, el Círculo Monárquico Liberal organiza un festival a beneficio de las familias necesitadas del distrito II, que incluye música, “exhibiciones pugilísticas” y atracciones.

En octubre, además, la ciudad de Tánger recibe la visita de un equipo de púgiles que regresa a su Francia procedente de Casablanca, y la Federación Francesa de Boxeo aprovecha la ocasión para organizar una velada con estos boxeadores en la ciudad. Uno de los púgiles es Joaquín Valls, quien, enfermo, se ve obligado a abandonar en el octavo asalto ante Dumas.

Para finalizar con este año 1921 recogemos una noticia publicada por ABC en agosto, referente a la derrota en Lisboa del español Luis Reina frente al portugués Faustino Pereira.