En enero de 1914, algunos de los miembros del desaparecido Club Pugilista de Barcelona deciden reorganizarse para volver a organizar veladas en Izquierda del Ensanche, constituyéndose poco después en la llamada Peña Pugilista. Ésta se convierte de hecho en la primera entidad estable que organiza veladas regulares, contribuyendo de forma decisiva tanto a la difusión del boxeo entre los aficionados como a la formación de los propios púgiles.
Durante los quince meses que van de enero de 1914 a marzo de 1915, la Peña organiza una docena larga de veladas que se saldan por lo general con gran éxito de participación y de público. Con el jueves como día de referencia –y el miércoles o el viernes como sustitutivos–, las veladas continúan con la estructura planteada en su día por el Club Pugilista, es decir, una media de cinco combates en horario nocturno, en ocasiones acompañados por exhibiciones de boxeo o de otras disciplinas de lucha. En estos combates, la función de arbitraje recae en un púgil, sin más referencia que las normas llegadas de Francia o, en su caso, los acuerdos de la organización.
Las veladas de la Peña Pugilista cuentan en este periodo con la participación de más de medio centenar de púgiles. Se consolidan como combatientes de valía el peso welter (o mediano ligero) Fernando Martínez y el pluma Federico Armengol, procedentes de las veladas del Club Pugilista, y a ellos se unen nuevos nombres relevantes como Juan Duarte (primer profesor de boxeo del Barcelona Boxing Club), el jugador del Español Félix Pomés, Ángel Múnich, Passapera o “Barcino”, entre otros. Por cierto, que aunque la mayoría de estos púgiles se presenta con su propio nombre, no falta quien combate bajo seudónimo, como el propio “Barcino” o “Joe Burg”, en una tradición que tendrá larga continuidad en nuestro boxeo.
La gran mayoría de estos boxeadores son locales, pero los organizadores pronto comienzan a traer púgiles extranjeros con los que, además de aumentar el atractivo de la convocatoria, se pretende mejorar el nivel de formación de aquellos. Tal es el caso de los franceses Jean Poesy (ex campeón de Francia de peso pluma), J. Mas Botley, Glaudis o Millet; del italiano Malasa, del inglés Allack o del alemán Wolfrang. Aunque en ocasiones los boxeadores “importados” resultan verdaderas decepciones, hay quien, como el excelente púgil Frank Hoche, no solo demuestra su valía sino que acaba estableciéndose en Barcelona como profesor de boxeo en la propia Peña Pugilista y pronto es “adoptado” como local por el público.
Por otra parte, en junio de 1914 las veladas de la Peña abandonan el local Izquierda del Ensanche para recalar en el Iris Park, teatrito de variedades de la calle Valencia en cuya pista de patinaje se instala el ring con ocasión de cada reunión pugilista; en noviembre, sin embargo, una celebrará en el salón de la Bohemia Modernista.
A lo largo de 1914 se van incorporando a la actividad pugilística una entidad que tendrá importancia en estos primeros años del boxeo, como es el Ateneo Enciclopédico Popular, cuya sección de Gimnasio y Sports organiza en marzo una velada en Izquierda del Ensanche que incluye varios match de lucha y ju-jutsu, además de combates de boxeo en los que participan Crespo, Larruy, “Condor” y Alaix. También el Gimnasio Bricall, que lleva ya una década incluyendo el boxeo entre sus actividades, organiza una velada en marzo y anuncia para junio un campeonato de boxe inglesa, “en el que podrán participar todos los pugilistas que en España residan desde tres meses antes de la celebración del campeonato”, que “se regirá por los reglamentos de la Federation Francaise de Sociétés de Boxe… y que nunca llega a realizarse. En octubre, incluso el boxeador Felix Pomés organiza una velada en el Iris Park.
Este panorama tan prometedor para el incipiente boxeo catalán sufrirá un sobresalto a finales de noviembre de 1914, cuando la velada que organiza la Peña Pugilista en el Iris Park debe suspenderse cuando el gobernador civil de Barcelona, haciéndose eco de una denuncia de que las veladas de boxeo son un espectáculo bárbaro a puño desnudo, ordena la prohibición del boxeo aficionado en la ciudad.
Esta decisión provoca airadas críticas en la prensa deportiva, hasta el punto de que, a finales de diciembre, el gobernador llega a recibir a los redactores deportivos de La Vanguardia, El Día Gráfico, La Tribuna, La Publicidad, El Progreso, La Veu de Catalunya, Diario de Barcelona, El Liberal, Stadium y EMD, quienes le hacen ver lo injustificado de la denuncia y consiguen que Andrades revoque la orden de prohibición.
Hola, estamos intentando recuperar la memoria de los deportes tradicionales en Valencia, y más concretamente en el barrio de El Cabanyal y los poblados marítimos de Valencia.
ResponderEliminarNo sé si tu podrías darme alguna pista sobre los espacios donde históricamente se practicaba el boxeo o se disputaban combates en Valencia. Muchas gracias