DÉCADAS IRREPETIBLES

Al igual que mi otro blog dedicado al boxeo, este pretende recuperar la memoria de unos años irrepetibles, desde finales del XIX hasta los años 30 del siglo XX. En "Audaz y tanguista" se rinde homenaje a algunos de los bravos púgiles que protagonizaron este periodo, entre ellos a mi propio abuelo, verdadero germen de todo esto, Ángel Tejeiro. En este blog recupero la Historia con mayúsculas de unas décadas irrepetibles. Para ello he recurrido a las hemerotecas digitales disponibles: El Mundo Deportivo, La Vanguardia, ABC, La Jornada Deportiva, El País Vasco, Diario de Alicante, El Eco de Cartagena, El Noticiero Gaditano, El Porvenir, La Tierra y Madrid Sport. Salas como el Iris Park o el Olympia de Barcelona, nombres legendarios como Frank Hoche, Felix Pomés, Passapera, Ángel Munich, Barcino, Condor... Es un trabajo en construcción: aún estoy en ello, y animo a todos los que posean información interesante -y en especial imágenes originales- a que me ayuden en esta tarea. Y hechas las "confesiones", choquemos los guantes y vayamos al primer asalto.

viernes, 11 de mayo de 2012

1923 Crisis y consagración del boxeo en España (1)


Llegado enero de 1923, la AEP deja de organizar reuniones pugilísticas en Barcelona. Posiblemente las causas se relacionan con las quejas que expresa Ramón Larruy en El Mundo Deportivo a finales de mes:

Diversas son las causas que contribuyen a la profunda crisis que está atravesando el boxeo barcelonés. Empezando por el estancamiento general de los boxeadores, en los cuales no se les nota grandes progresos, nos encontramos con infinidad de causas que se interponen al paso del boxeo, siguiendo éste tan penosa marcha que en algunas ocasiones da la sensación de que resbala hacia atrás. A una mala temporada en la que se acostumbró al público a los combates entre extranjeros, que si bien boxeaban más que los de casa, poco interesaban a nuestro público sus andanzas, se juntó una gran temporada de partidos de fútbol, que esquimaron de tal suerte el bolsillo del público que apenas le quedó para tabaco, cuando a las veladas de boxeo no se iba con cuatro cuartos, pues las desmesuradas pretensiones de nuestros boxeadores en embrión, unidas al apetito desordenado de nuestros empresarios, hicieron que éstos alcanzaran unos precios fantásticos y no al alcance del bolsillo democrático de la mayoría del público que al viril deporte es aficionado. A esto se ha venido a juntar el frío; un frío como el que no estábamos acostumbrados y que más que a salir a la calle convida a meterse en la cama”.

Unos meses más tarde, Larruy –que ejerce de profesor de boxeo del Centre Autonomista de Dependents– llegará a afirmar, en una columna titulada “Qué es el boxeo”, que éste “es una ridícula farsa con la que cuatro frescos han logrado que el puchero arranque el hervor, mientras docenas de infelices se llenan los ojos de zurrapa solpando el hogar”.

Así las cosas, hace falta mucha profesionalidad para sacar adelante las veladas en buenas condiciones, y Juanito Elías decide reaparecer en escena a finales de enero con una reunión en el Iris Park. El plato fuerte de la reentrée, con todo, se estropea cuando una lesión en una mano del campeón de Europa Charles Ledoux, que iba a ser enfrentado a Alfonso Cañizares, provoca su sustitución a última hora por su compatriota Paul Gay.

En la siguiente velada de Elías en el Iris, dos semanas más tarde, Emilio Gil “Blind” retiene su título de campeón de España del peso ligero al hacer nulo con Agustín Villar. En las preliminares Víctor Ferrand, aspirante al título nacional del peso mosca, es descalificado cuando asesta un golpe bajo al campeón Luis Vallespín; sin embargo, al no haberse presentado éste al pesaje, el título es otorgado a Ferrand.

A mediados de febrero, sin embargo, Juanito Elías se traslada a Madrid para organizar la próxima temporada, en que piensa plantear veladas en Madrid, Barcelona y San Sebastián; en abril, sus viajes le llevan a París, Amberes y Londres.

La marcha de Elías alienta a otros promotores a lanzarse a la arena. En febrero, el marinero sueco Van Neck debuta en el Iris Park, y dos semanas después Ricardo Alís bate a Gastón ante un graderío lleno de público. El comité del partido liberal del distrito décimo crea el “Club Deportivo Iberia” y anuncia que va a dedicarse al atletismo, fútbol y boxeo… aunque no vuelven a aparecer noticias suyas. En marzo llehan malas noticias desde Italia, donde el campeón Erminio Spalla –que poco después alcanzará el título europeo del peso fuerte– bate holgadamente a José Teixidor, que sigue siendo calificado de campeón de España, por abandono en el décimo asalto.

El 17 de abril, ante más de 6.000 espectadores que llenan en Frontón Condal, Ricardo Alís vence por puntos a Joaquín Valls en combate a 12 asaltos, y le arrebata el título de España del peso welter. La siguiente velada del Frontón, tres semanas después, resulta sin embargo un fracaso cuando el ex campeón de Francia Billy Balzac y Frank Hoche, cuyo enfrentamiento ha despertado un enorme interés, ofrecen un pobre espectáculo y son advertidos en público por falta de combatividad.
Mundo Deportivo, 25 septiembre 1923, p.4

En Madrid, mientras tanto, el club Boxing Castilla ha organizado reuniones todos los sábados de enero y febrero en el Ideal Polistilo, en las que participan púgiles madrileños como Mario de las Heras, Antonio Ruiz, Marcote, Quintana o Gámez, así como boxeadores catalanes como Zaragoza, Vilanova o el propio Pedro Sáez.

Mediado el mes de marzo, sin embargo, el Circo Americano toma el relevo del Polistilo y se convierte en el foco de atención de los aficionados, que acuden puntualmente todas las semanas hasta el mes de junio, en sesiones matinales (los domingos) o vespertinas (los lunes y, ocasionalmente, otros días de la semana). Hasta el Circo Americano llegan los principales púgiles de España, muchos de ellos catalanes, incluyendo a Luis Vallespín, Joaquín Valls, José Gironés, Fernando Urtasun o Frank Hoche, y tal es el éxito de las convocatorias y la fuerza que alcanza el pugilismo en la corte, que en mayo se disputa en este recinto el primer campeonato nacional, en el combate en que Manuel González vence por puntos a Víctor Ferrand y le arrebata el título de España del peso mosca.

Se trata de la primera vez que un campeonato nacional de boxeo se celebra fuera de Barcelona, y esto hace temblar al mundo pugilístico catalán. Ramón Larruy llega a firmar un artículo titulado “¿Se desplazará el eje del boxeo?” en el que reflexiona sobre “la naciente afición madrileña, gracias al acierto del organizador de la Corte don Federico López”, comparándola con “la orientación tan poco deportiva que ha tomado el boxeo barcelonés”. Y a finales de mes la prensa comienza a especular con la posible disputa, también en Madrid, del combate por el título de España de peso pluma entre el campeón Ramón Miró y el aspirante Alfonso Cañizares.

Parte del auge del pugilato en Madrid cabe atribuirlo a la directiva de la Federación Española de Boxeo (zona Centro), que toma posesión el 5 de abril con Guillermo Hildebrandt como secretario. Entre sus primeros acuerdos se incluye la regorganización de la federación y de su comisión de árbitros, así como el nombramiento de Manuel Kreissler como presidente de ésta última a principios de mayo.

En abril, la madrileña sala Dempsey organiza en abril un par de veladas, y en junio la “espantada” del empresario Federico López en el Circo Americano no solo provoca la suspensión de las reuniones en el mismo, sino que da inicio a un largo rosario de quejas por parte de varios boxeadores catalanes que se quedan sin cobrar. 

jueves, 1 de marzo de 2012

1922 La Federación Española de Boxeo (2)

A mediados de 1922 es evidente que la Federación (las federaciones) no solo no satisface los deseos de quienes siguen, organizan y participan del boxeo, sino que, afectada por intereses particulares o ajenos a este deporte, supone en la práctica una fuente recurrente de protestas.

Además, en enero, la
Federación Española de Deportes de Defensa no procede a renovar su junta directiva, como establecen sus estatutos, lo que provoca duras críticas.

En Madrid, la Federación Nacional de Deportes de Defensa convoca a los aficionados al boxeo a una asamblea que se celebra el 23 de febrero, “para tratar de la reconstitución de la Federación”, de la que sale la constitución de la Federación Nacional de Boxeo de Aficionados, con Emilio Bautista como presidente, Alberto Maluquer como secretario, la Real Sociedad Gimnástica Española como tesorero, y Joaquín Ruiz Vernacci como contador.

En abril, el presidente del Barcelona Boxing Club, Pedro Carreño, envía una carta a todos los clubes en la que afirma, en relación con la Federación:

En ella se han introducido elementos extraños a los boxeadores (…). Al renovarse la Directiva de la Federación, el empeño de todos los boxeadores ha de estar en que la nueva Directiva esté integrada por gente apta y afín a los boxeadores (…). Antes de ir a la reunión rectora de la Federación (…) hemos acordado reunir a los presidentes y secretarios de todas las entidades federadas o no, el día 7, a las 22, en nuestro domicilio social (Pino 11, Centre Ampurdanés)”.

Domicilio social, por cierto, que es sustituido por la nueva sede de Conde de Asalto, 58, primero, con ocasión de la renovación de la junta directiva del BBC en mayo de ese año.

En los meses siguientes los representantes de los clubes vuelven a reunirse en varias ocasiones, mientras en Madrid, Alberto Maluquer trabaja para que la reorganización de la Federación vaya al unísono con la de Barcelona. En julio el Comité Regional catalán se reune con carácter extraordinario, y el 30 de agosto, en el local del BBC, acuerda por unanimidad cambiar el nombre de la Federación por el de Federación Española de Boxeo.

Se procede además a la elección de la siguiente junta directiva: presidente, Lorenzo Ramonet (Colom Boxing Club), vicepresidente, José Clols (Cataluña Sporting Club), secretario Ramón Larruy (Secció d’Esports del C.L. de Reus), vicesecretario José de Cuevas (Colom Boxing Club), contador Jaime Piera (Catalunya Boxing Club), vicecontador Abelardo Vilaret (Atlétic Boxing Club de G.), tesorero Ignacio Amat (Club Gimnastic de Tarragona), vocal asesor Juan Casanovas (Colegio de Árbitros), vocales Luis Laboria (Punching-ball Club de Gracia), Antonio Massip (Carpentier Boxing Club), José Comas (Sporting Boxing Club), Juan Cervera (Secció d’Esports de la I.N.S.N.), Rafael López (Barcelona Boxing Club). Los miembros de dicha junta toman posesión en la primera reunión, que se celebra el miércoles 6 de septiembre en el local del BBC.

La temporada de verano

En mayo se abre el plazo de inscripción –en la sede del BBC– en las veladas que dirige Larruy en el Parque, basadas en combates a la americana de 4 rounds de 3 minutos. A finales de septiembre de ese año, el activo club publica el número 1 de su órgano oficial, bajo el título de Boxing.

Aunque la inauguración de la temporada en el Parque se programa para el jueves 16 de junio, deberá ser pospuesta hasta la semana siguiente “por no resultar exacto el peso que declararon muchos boxeadores al inscribirse”. Desde ese día, todos los jueves hasta finales de septiembre se suceden, sin interrupción, unas veladas que gozan de gran aceptación por parte del público, con frecuencia más compuesto por curiosos que por verdaderos aficionados al boxeo. Como en otras temporadas, Larruy huye de los boxeadores estrella y de engañosos reclamos extranjeros, combinando en su lugar a jóvenes que comienzan su andadura en este deporte con púgiles de reconocida solvencia, en lo que constituye una verdadera cátedra de boxeo.

De estas veladas, al margen de algunos combates verdaderamente memorables, podemos destacar dos detalles. Por un lado, la inclusión de un torneo de pesos ligeros en los que participan ocho púgiles, y en el que Conrado Sancho vence en la final por puntos a Guillermo Deprades. Por otro, el debut de algunos púgiles que alcanzarán en pocos años el título de campeones de España –como Hilario Martínez y Tomás Cola– o que, sin llegar tan alto, tendrán larga trayectoria en este deporte, como Mompó.

Como en otras temporadas, Anderson organiza reuniones veraniegas controvertidas, esta vez con el Gran Teatro Español como escenario. La regularidad, con todo, no puede compararse con la del Parque. En una primera velada, el canadiense presenta a sus hijos Gastón y Sergio, que son derrotados a los puntos por el campeón de los welter, Joaquín Valls, y el campeón de los pesos mosca, Luis Vallespín, respectivamente. En esa misma velada, el árbitro detiene el combate antes de que Ortiz lesione de gravedad a “un infeliz marinero que para salir del apuro cazaron a lazo un día antes”.

A principios de julio, el aficionado al boxeo Gaspar Solivas –que en distintas ocasiones ha ofrecido premios a los pugilistas– sorprende a los aficionados al sustituir a Anderson en la organización de las veladas en el Español, anunciando además la intención de celebrar reuniones todos los sábados. Breve paréntesis, no obstante, pues Solivas solo alcanza a celebrar una velada con 7 combates, tras la cual vuelve Anderson a dirigir dos reuniones en el local, ambas con su hijo Gastón como base.

Además de las convocatorias del Parque y del Español, el verano de 1922 aún contempla otras reuniones como la organizada en julio en Mataró por el Casal Catalanista en sustititución del desaparecido Mataró Boxing Club (en la que Kamalof y Al Baker ofrecen una exhibición); el festival de boxeo y lucha que organiza en julio la Joventut Nacionalista Sang Nova; la vuelta al circuito pugilístico del Iris Park con dos reuniones que tienen lugar en agosto; o la reunión que se celebra ese mismo mes en el Teatro Principal de Girona, que incluye el combate del americano Young Cohen contra Ortiz.

En Madrid, a las veladas de la Peña Pugilista en el Ideal Polistilo se suman este verano las tres reuniones que organiza en agosto el Club Parisiana, con el gallego Andrés Balsa como figura indiscutible, además del festival deportivo que se celebra en septiembre a beneficio de la Unión Madrileña de Periodistas Deportivos.

Por cierto, en una de las veladas que se celebran en julio en el Ideal Polistilo debuta el vizcaíno Solinís, quien pronto se va a convertir en una de las referencias indiscutibles para los aficionados de la capital. Su rival en esa ocasión es el madrileño Emilio Balué, quien “por su amor al boxeo” ha fijado su residencia en Barcelona y milita en el Sporting Boxing Club.

La Agrupació Esport Pugilistic

Las siglas AEP, que tan populares en el mundo del boxeo hiciera el Ateneo Enciclopédico Popular, renacen en octubre de 1922 de la mano de la Agrupació Esport Pugilistic, “integrada por varios entusiastas del noble arte dispuestos a dar una sana orientación a este viril deporte”. La AEP anuncia su intención de organizar veladas semanales en el Iris Park, en las que adoptará las cortas distancias, “variables entre los cuatro y ocho rounds como máximo y diez cuando se trate de un campeonato, por no permitir la Federación el disputarlo a menor distancia”. Todos los rounds de la AEP serán además de 3 minutos, y los guantes, de 4 onzas, serán sorteados en cada combate.

La AEP organiza un total de 10 veladas entre octubre de 1922 y enero de 1923, la mayoría de las cuales se saldan con gran éxito de público y deportivo. Aunque no mantienen un día de la semana fijo –comienzan los jueves, pero para no coincidir con el Liceo las pasan luego a los martes, miércoles o viernes– el Iris Park es el único local utilizado, siempre con cinco combates por noche. Estas veladas cuentan con la presencia habitual de numerosos púgiles extranjeros, franceses en su mayor parte, entre los que se incluyen Paul Siterre, Joseph Marco, Paul Gabriel, Vernier (campeón francés de Argelia), Soliman, Michel, Mokadoni, André Simeth (campeón de Suiza) o Leroy (campeón de Bélgica del peso pesado ligero). Entre los púgiles nacionales aparecen algunos nombres importantes como Joaquín Valls (que recupera en diciembre su título de los welter al vencer a Pedro Sáez), Ricardo Alís, Blind, Gastón o Víctor Ferrand (que al vencer a Manuel González queda clasificado como challenger de Luis Vallespín), entre otros.

En este periodo, las reuniones de la AEP coinciden con otras 8 convocatorias organizadas en 6 escenarios diferentes, que transcurren sin pena ni gloria, incluyendo las matinales de domingo en el Teatro Principal, las veladas que organiza Anderson en el Teatro Novedades y el Circo Pallise (en las que toman parte sus dos hijos), la que dirige Kamalof en El Bosque para la empresa Callicó, y dos reuniones organizadas por el Athletic Boxing Club y el efímero American Boxing Club.

En Madrid, el Boxing Castilla comienza a principios de noviembre a organizar sus propias reuniones, que durante un mes se solapan con las de la Peña Pugilista; el 9 de diciembre –fecha en que coinciden dos veladas organizadas por estas entidades– la Peña deja de preparar reuniones y el Boxing Castilla le toma el relevo.

Barcelona, y en menor medida Madrid, no acaparan sin embargo toda la actividad pugilística de este año. En Alicante existe cierta afición a este deporte –ya hemos comentado que Frank Crozier imparte clases en la ciudad, donde en noviembre del año anterior se ha enfrentado a Balsa–, y en junio de 1922 los aficionados pueden asistir a un festival pugilístico en la plaza de toros, con la victoria de Carlos sobre Frank Puig en el combate estelar. Sin embargo, el momento clave llegará en noviembre de este mismo año, cuando se constituya la Agrupación Pugilista Alicantina, con Francisco Ortiz como presidente y Frank Crozier como profesor de boxeo y gimnasia.

Un poco más al norte, en Valencia, el local conocido como Ba-ta-clan recibe entre agosto y septiembre tres reuniones de boxeo; en la primera, Agustín Villar arrebata a Acevedo el título de campeón local. A finales de octubre, el Levante español se dota de su propia federación regional de boxeo.

En el País Vasco, el interés por el boxeo comienza a ser notable, aún cuando diste mucho de la verdadera pasión que está próximo a despertar Paulino Uzucun. En Bilbao uno de los principales centros se sitúa en el Boxing Club de Enrique Mogrovejo, con sede en la taberna Polo del Campo Volantín. En San Sebastián ese lugar pronto lo ocupa el francés Casalonge, ex entrenador del campeón francés Georges Carpentier, que abre un gimnasio de boxeo y gimnasia en el número 13 de la calle Peña y Goñi. El Gimnasio Casalonga, de larga vida, pronto será el lugar donde comiencen su carrera algunos grandes púgiles como el propio Uzcudun, Ignacio Ara, Juanito Olaguibel o Lete, entre otros.

1922 La Federación Española de Boxeo (1)

Ya hemos comentado que Juanito Elías, el promotor más profesional y de mayor éxito de cuantos han trabajado en Barcelona, comienza en diciembre de 1921 a organizar una serie de veladas, aunque éstas no tienen lugar en la Bohemia sino en el tradicional Iris Park. Así, desde el 15 de diciembre y durante tres meses, los jueves en el Iris se convierten en la referencia indiscutible de los aficionados al pugilato, que habitualmente llenan el local. Los carteles que ofrece Elías están bien confeccionados, siempre con el atractivo de púgiles extranjeros, algunos de notable nivel –numerosos franceses como el campeón militar Hervé, Augusto Grassi, León Derensy, Paul Gabriel, Paul Gay, Denain, Robur, Dedieu, Auger, Constant Barrick o Charles Raymond, pero también Dejoie, campeón de Suiza– encabezados por el indestructible Al Baker.

En una de las veladas de marzo, Frank Hoche es derrotado a los puntos nada menos que por Battling Siki, quien unos meses después se convertirá en campeón del mundo del peso pesado ligero; unos días antes, el campeón de España del peso mosca, Luis Vallespín, ha obligado a abandonar a su homólogo francés, Bouzonnie. Hoche –démoslo ya por español– y Vallespín son dos de los grandes púgiles nacionales que participan en estas brillantes veladas; junto a ellos aparecen otros como Pedro Sáez o Ricardo Alís, que debuta en el peso welter. Finalmente, no podemos dejar de mencionar a los púgiles que debutan en estas reuniones, casi siempre abriendo la noche, como Vila, Aracil, Odena, Pares, Marlés… o a un jovencísimo José Gironés, que vence por puntos a Mauricio.

Por otra parte, el Iris Park no solo recibe veladas sino que, en sus instalaciones, se abre en febrero una academia de boxeo –el Iris Boxing Club– bajo la dirección de Frank Hoche.

Volviendo a Juanito Elías, de su buen hacer como organizador da ejemplo el contraste entre el espectacular lleno del Iris Park en la reunión que, celebrada el 24 de febrero de 1922, toma como excusa el agasajar a la escuadra inglesa atracada en el puerto de Barcelona, con la que por el mismo motivo se celebra dos días antes en el Teatro Circo Barcelonés, en la que, además de una llamativa ausencia de público, se registran graves incidentes por un retraso de casi dos horas en el comienzo de los combates, la inclusión en los anuncios de púgiles que no habían dado su consentimiento, y la negativa del empresario a pagar a los boxeadores. El lamentable experimento termina en el juzgado.

Valga esta comparación como entrada al “apartado de varios”, como podemos calificar a la relación de reuniones esporádicas de distinto carácter que, en estos meses, coinciden con las convocatorias del Iris Park.

Algunas de estas reuniones consisten en los ya habituales encuentros benéficos o de entrenamiento organizados por los clubes. Así, en el nuevo local del Pugislistic Club de Gracia en el número 27 de Milá y Fontanals, se efectúa en enero una velada de boxeo en la que, además de actuar el campeón de España del peso mosca, Monterde, Pedro Sáez y Al Baker ofrecen una exhibición a tres rounds.

En mayo, el Olimpic Boxing Club inaugura su actividad con una velada con cinco combates, que registra una gran concurrencia. Ese mes se anuncia que “la Junta del Sport Ciclista Badalonés ha combinado para los días 4 y 5 de junio (Pascua) un sugestivo programa de carreras y otros actos deportivos que se efectuarán en el Velódromo de Badalona” entre los que se incluyen “tres grandes combates de boxeo a cargo de boxeadores pertenecientes al S.C.B.”.

Otras convocatorias tienen un carácter más empresarial, como las veladas que, en enero, organiza la empresa del teatro Batrina de Reus. Por su parte, el Gran Teatro Español, que aparece y reaparece en lo pugilístico como el Guadiana, ofrece en marzo una matinal de boxeo en la que la mano de Anderson se aprecia en la presencia en el cartel de sus dos hijos, Sergio y Gastón.

En abril, Hoche vence por puntos en el Frontón Condal a Andrés Balsa, y en La Bohemia, el Royal Boxing Club, bajo la dirección de Mr. Leclerc, organiza una velada que se presenta como la primera de una serie en la que se presentará a los mejores boxeadores franceses. Lo cierto es que dicha “serie” solo tiene continuidad en una reunión que se celebra a principios de mayo, cuya crónica en El Mundo Deportivo nos ilustra sobre el importante avance que ha experimentado este deporte en nuestro país durante la última década: “Mr. Leclerc, en su demostración de golpes prohibidos, cometió errores de bulto (…). Su demostración hace diez años nos hubiese parecido una ventana que se abría a la luz; hoy no nos ha convencido y la encontramos criticable”.

Ese mes, un festival deportivo que se celebra en San Andrés a beneficio de los soldados deportistas del batallón de Badajoz nº 73, que se hallan en Xaouen, incluye exhibiciones de boxeo de Aragonés contra Rovira y de Bel contra Ferrer.

En abril no falta además quien pretende aprovecharse de la relación entre Elías y el Iris Park para ofrecer dos veladas en el mismo local en un intento de confundir a los aficionados. Tal vez es a ellos a quienes se refiere el cronista de El Mundo Deportivo que afirma que “de tanto en tanto surgen desaprensivos empresarios que al rescoldo de la gran hoguera preparan mamarrachadas”. El resultado no se hace esperar:

De hoy en adelante Juanito Elías no organizará en el Iris (…) por la concurrencia en el mismo local de otros empresarios (…), tomando la espaciosa sala del Frontón Condal que, desde ahora, será el marco que encerrará sus grandes reuniones. La única cosa que hacía antipática al público la sala del Frontón era el enrejado de salvar las pelotas, y con muy buen acierto será quitado para que el público no vea a los boxeadores como dentro de un gallinero”.

Ello no significa que el Iris Park deje de recibir reuniones pugilísticas. Así, en mayo los promotores Huertas y Quintela organizan una velada con cuatro combates y Joaquín Valls como cabeza de cartel. Ese mismo mes, el Iris Boxing Club inaugura la sala de boxeo que dirigen finalmente Frank Hoche y Vicente Huerta con una velada que se celebra el viernes 12 con cuatro combates de boxeo y una exhibición de Hoche con Kamalof, Valls, Robert y Ubach; la segunda velada, una semana después, incluye cuatro combates entre alumnos de distintos clubes.

Por otra parte, Elías no abandona completamente el Iris. A una velada en el Frontón Condal, en mayo, en la que Ricardo Alís bate por puntos a Blind (“Blind, no obstante su derrota, continúa siendo campeón de España del peso ligero, título que el día que la Federación sea algo por voluntad expresa de los clubs, y se decida a organizar los campeonatos, tendrá seguramente que abandonar por no poder hacer el peso”), sigue otra en el Iris Park en la que Al Baker obliga a abandonar a Hoche. En junio es de nuevo el Frontón el local en el que el campeón de Francia del peso plumna, Eugene Criqui, noquea al senegalés Joe You You.

Unos días más tarde, salta la sorpresa con el anuncio de Juanito Elías de su retirada como empresario de boxeo: “ya he cumplido mi palabra. Ahora, que otros sigan el cauce abierto… si es que hay bastante afición”. No todos alcanzan a creerle, como prueban las palabras de Ramón Larruy unos días más tarde: “Elías hace demasiado tiempo que está enfrascado con el boxeo como para que lo deje así como así. Cuando dice que se retira, hace como que se va y vuelve”. Y es que, efectivamente, el sábado 15 de julio el popular promotor reaparece con la organización de una reunión en el Teatro Español en la que Pedro Sáez vence a Ricardo Alís en un combate en el que ambos se disputan la challenge al título nacional del peso welter.

En la primavera de 1922 aún encontramos veladas ocasionales en otros lugares de la geografía catalana, como la que organiza en mayo el Club Gimnástic de Tarragona, en el Teatro Principal de esta ciudad, en la que participa una representación de púgiles barceloneses enviada a la ciudad por “el distinguido deportista don Ignacio Amat”, o la reunión que tiene lugar en junio en el teatro del Balneario de Tortosa, en la que Luis Vallespín vence por k.o. a Sarn-Dairt.

En Madrid, el año 1922 también ha comenzado con fuerza en lo pugilístico. La primera serie de convocatorias la organiza Anderson en el teatro de la Zarzuela, donde se celebran en febrero tres reuniones vespertinas de fin de semana (en las que su hijo Gastón interviene en el combate principal) y una velada en marzo con el combate entre Balsa y Almela como principal atractivo. Para estas reuniones contrata Anderson a varios púgiles catalanes, entre los que figuran José Ubach, Fernando Urtasun, Americano, Cañizares, Sesma y otros, y su triunfo en la corte supone un paso importante para consolidar la presencia de púgiles de la ciudad condal, como celebra un redactor barcelonés:

Deportivamente ha sido un éxito que deja entrever que, trabajando honradamente, será Madrid pronto una nueva plaza para nuestros boxeadores. (…) No como otras veces (…) como hizo Frank Puig en Valencia con cuatro infelices que, después de usurpar nombres de conocidos boxeadores, llegaron a la bufonada de combates de boxeo mixtos, entre una artista y un payaso, digo, un boxeador, con lo cual mataron, en flor, la afición al boxeo en la hermosa ciudad del Turia”.

Tres meses más tarde, Alberto Maluquer se lleva a la capital a Munich, Small y Agustín Villar [ ] y contribuye a que, a finales de año, un periodista madrileño pueda afirmar:

La afición al pugilismo ha crecido notablemente entre nosotros. La constante visita de boxeadores catalanes que han puesto de relieve, en su mayoría, su dominio del noble arte, ha sido la causa principal determinante del desarrollo de esta afición”.

Y es que en abril, la Peña Pugilista Madrileña comienza a organizar una larga serie de veladas semanales que llegarán hasta el mes de diciembre, en las que toman parte púgiles de primer nivel, casi siempre españoles, con una amplia presencia de boxeadores catalanes. Aunque las primeras reuniones tienen lugar los domingos en la casa de baños El Niágara, sede del Club Natación Atlético, la Peña traslada en mayo sus actividades al Ideal Polistilo, que con las reuniones semanales de los sábados por la noche se consagrará como uno de los principales escenarios del boxeo en Madrid. Entre las anécdotas de este fructífero periodo podemos destacar el combate nulo entre Quintana y Deprades “por quedar los dos k.o. simultáneamente”.

A estas citas se suman otras organizadas por diversas entidades, como el festival deportivo de febrero en el salón de actos del Fomento de las Artes (con un combate entre los aficionados René de Birazsil y Lorenzo Díaz).

1921 La Federación Española de Deportes de Defensa (3)

En otoño, al margen de alguna velada con carácter aislado –como la que el Sr. Germá organiza en Las Arenas en septiembre–, las reuniones de los martes en la Bohemia coinciden en el tiempo con las matinales que la empresa “Boxeo Doré” comienza a organizar en el Teatro Doré desde mediados de octubre. Con una frecuencia semanal, estas reuniones combinan matinales dominicales con veladas entre semana, y en ellas vuelve a optarse más por el espectáculo que por la deportividad, recurriendo a púgiles franceses (como Denain, Jean Andree, Rustan, Luciani o Barley) y a voluminosos veteranos como Frank Hoche, Gastón C. Anderson o Juan Molero. En una de estas reuniones debuta en la ciudad Al Baker, negro norteamericano del peso pesado ligero, quien bajo la dirección del promotor Juanito Elías combatirá en 11 ocasiones en Barcelona contra púgiles extranjeros de renombre (Kamalof será su único rival español), con el resultado de 9 victorias (8 de ellas antes de tiempo), un nulo y una única derrota por puntos.

A mediados de noviembre de 1921 se produce un cambio de escenarios. Paulí, que organizaba las veladas de la Bohemia, traslada sus reuniones al Iris Park, mientras que la empresa del Doré anuncia que abandona este local para trasladarse a la Bohemia (aunque solo llega a realizar una convocatoria).

Queda, pues, el Iris Park como escenario único del boxeo en Barcelona, con reuniones los martes y jueves en las que púgiles de primer nivel, bien conocidos por la afición local –como Luis Vallespín, Blind, Pedro Sáez, o un pujante Ricardo Alís– se combinan con boxeadores franceses –Jean Andree, Young Doumontel, Henri Verne, Paul Gay, Denain– con los que se pretende incrementar el atractivo de los carteles. En una de estas veladas, la que se celebra el 15 de noviembre, “el Sr. Paulí adopta la regla de 3 minutos para todos los combates de la velada”, con lo que “instaurará una nueva costumbre que no tardará en dar sus frutos”. En otra, dos semanas más tarde, “por primera vez en España [Gastón Anderson vs Ubach, y Paul Gay vs Denain] usarán vendajes duros”.

A principios de diciembre, sin embargo, el panorama pugilístico barcelonés da un vuelco con la noticia de que “Juanito Elías, el que de más antiguo brega con el boxeo, ha creído que la fruta está ya en sazón y al frente de una peña de sportsmans entusiastas del noble arte, entrará en juego con cartas nuevas (…). Estas veladas, naturalmente, tendrán efecto en el gran salón de la Bohemia, único que por su capacidad permitirá cubrir los crecidos presupuestos que estas veladas con boxeadores de fama mundial ocasionarán”.

En este año de 1921 se celebran además otros eventos deportivos en los que el pugilato tiene presencia. Así, en octubre, las fiestas de San Miguel Arcángel que se celebran en la Barceloneta incluyen “grandes combates de boxeo”; y el instituto de deformados de la guerra organiza en el Turó Park un festival que incluye carreras pedestres, ju jutsu y cuatro combates de boxeo. En noviembre, el Círculo Monárquico Liberal organiza un festival a beneficio de las familias necesitadas del distrito II, que incluye música, “exhibiciones pugilísticas” y atracciones.

En octubre, además, la ciudad de Tánger recibe la visita de un equipo de púgiles que regresa a su Francia procedente de Casablanca, y la Federación Francesa de Boxeo aprovecha la ocasión para organizar una velada con estos boxeadores en la ciudad. Uno de los púgiles es Joaquín Valls, quien, enfermo, se ve obligado a abandonar en el octavo asalto ante Dumas.

Para finalizar con este año 1921 recogemos una noticia publicada por ABC en agosto, referente a la derrota en Lisboa del español Luis Reina frente al portugués Faustino Pereira.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Campeones de España de boxeo (1921 - 1936)

En 1939 ardieron los archivos de la Federación Española de Boxeo, probablemente con el objetivo de borrar pruebas de lo sucedido desde que, al principio de la guerra civil, los púgiles se incautaron de la FEB para convertirla en un sindicato de la CNT. Por ese motivo (y por desidia de quienes deberían saber del tema), la FEB “no tiene constancia” de quiénes fueron los campeones de España de boxeo antes de 1939 (¡…!). Como nadie parece haberse preocupado por recuperar el nombre de estos extraordinarios deportistas, a continuación ofrezco una relación de los púgiles que se ganaron con los puños el primer puesto en el boxeo nacional desde la constitución de la Federación Española de Deportes de Defensa (el 14 de enero de 1921) hasta el comienzo de la guerra. Todas las fechas están contrastadas en las hemerotecas. Por lo que me consta, esta lista no ha sido publicada hasta ahora.

Peso mosca

Luis Vallespín (hasta 9 febrero 1923)

Víctor Ferrand (9 febrero 1923 - 21 mayo 1923)

Manuel González (21 mayo 1923 – 7 abril 1925)

Víctor Ferrand (7 abril 1925 – 2 septiembre 1931); Campeón de Europa (11 abril 1927 – 1? marzo 1928)

Mariano Arilla (2 septiembre 1931 – 3? abril 1932)

Vacante (3? abril 1932 – 22 junio 1932)

Fortunato Ortega (22 junio 1932 – 15 marzo 1933)

Vacante (15 marzo 1933 – 19 julio 1933)

Fortunato Ortega (desde 19 julio 1933)

Peso gallo

César Alaix (hasta 21 agosto 1923)

Luis Vallespín (21 agosto 1923 - ¿ septiembre 1924)

Vacante (¿ septiembre 1924 – ¿ julio 1925)

Teodoro Murall (¿ julio 1925 – 3 abril 1928)

Manuel González (3 abril 1928 – 19 diciembre 1928)

Carlos Flix (19 diciembre 1928 – 22 abril 1933); Campeón de Europa (26 septiembre 1929 – 28? febrero 1930) (4 junio 1930 - 19 septiembre 1931)

Baltasar Belenguer Hervas “Sangchili” (desde 22 abril 1933); Campeón del mundo (1 junio 1935 – 29 junio 1936)

Peso pluma

Ramón Miró (hasta 12 octubre 1923)

Alfonso Cañizares (12 octubre 1923 – 22 febrero 1924)

Antonio Ruiz (22 febrero 1924 – 10 septiembre 1925); Campeón de Europa (30 octubre 1925 – 7 enero 1928)

Young Ciclone (10 septiembre 1925 – 25 diciembre 1925)

Antonio Ruiz (25 diciembre 1925 – 27 septiembre 1928)

José Juan Gironés (desde 27 septiembre 1928); Campeón de Europa (1 diciembre 1929 – 30 noviembre 1930) (10 junio 1931 – 19 agosto 1932) (23 noviembre 1932 – 4 julio 1934)

Peso ligero

Federico Zaldívar (10 marzo 1921 – 31 julio 1921)

Emilio Gil “Blind” (31 julio 1921 – 8 diciembre 1923)

Hilario Martínez (8 diciembre 1923 – 9 abril 1927)

Tomás Cola (9 abril 1927 – 19 octubre 1927)

Luis Rayo (19 octubre 1927 – 9 octubre 1930); Campeón de Europa (3 agosto 1927 – 30 noviembre 1928)

Vacante (9 octubre 1930 – 9 febrero 1931)

Roberto Sanz (9 febrero 1931 – 15? diciembre 1932)

Vacante (15? diciembre 1932 – 17 enero 1933)

Vicente Riambau (17 enero 1933 – 9 mayo 1933)

Segundo Bartos (9 mayo 1933 – 26 septiembre 1933)

Vacante (26 septiembre 1933 – 21 febrero 1934)

José Micó (21 febrero 1934 – 11 diciembre 1934)

Segundo Bartos (11 diciembre 1934 – 20 marzo? 1936)

Vacante (20 marzo? 1936 - – 27 mayo 1936)

José Micó (27 mayo 1936 – 20 junio 1936)

Valentín Miró (desde 20 junio 1936)

Peso mediano ligero (welter)

Joaquín Valls (hasta 31 marzo 1921)

Pedro Sáez (31 marzo 1921 – 1 diciembre 1922)

Joaquín Valls (1 diciembre 1922 – 17 abril 1923)

Ricardo Alís (17 abril 1923 – 6 septiembre 1924)

Jim Moran (6 septiembre 1924 – 6 noviembre 1927)

Francisco Ros (6 noviembre 1927 – 2 agosto 1928)

Santiago Alós (2 agosto 1928 – 13 octubre 1928)

Francisco Ros (13 octubre 1928 – 7 octubre 1931)

Vacante (7 octubre 1931 – 16 noviembre 1931)

Jesús Arranz (16 noviembre 1931 – 8 febrero 1932)

Vacante (8 febrero 1932 - 22 mayo 1932)

José de la Peña (22 mayo 1932 – 11 noviembre 1932)

Martín Oroz (11 noviembre 1932 – 5 diciembre 1934)

Hilario Martínez (5 diciembre 1934 – 11 marzo 1936)

Miguel Tarré (desde 11 marzo 1936)

Peso medio

Carlos Climent (desde ¿ 1922)

Vacante (1922 – 20 febrero 1925)

Tomás Thomas (20 febrero 1925 – 1 octubre 1925)

Ricardo Alís (1 octubre 1925 – 11 octubre 1929)

Vacante (11 octubre 1929 – 31 mayo 1930)

Vicente Lorenzo (31 mayo 1930 – 17 octubre 1931)

Ángel García Sobral (17 octubre 1931 – 4 marzo 1932)

Francisco Ros (4 marzo 1932 – 18 marzo 1933)

Félix Gómez (18 marzo 1933 – 16 septiembre 1933)

Ángel García Sobral (16 septiembre 1933 – 30 noviembre 1935)

Vacante (desde 30 noviembre 1935)

Además, Ignacio Ara es Campeón de Europa (9 mayo 1932 – 2 enero 1933)

Peso pesado ligero (semipesado)

Juan Molero (hasta ¿ septiembre 1925)

Vacante (¿ septiembre 1925 – 6 noviembre 1927)

Antón Gabiola (6 noviembre 1927 – 10 noviembre 1928)

Mateo de la Osa (10 noviembre 1928 – 17 octubre 1929)

Vacante (17 octubre 1929 – 29 marzo 1930)

José Martínez Valero “Martínez de Alfara” (29 marzo 1930 – 1? mayo 1935); Campeón de Europa (7 febrero 1934 –26 marzo 1934)

Vacante (1? mayo 1935 – 3 diciembre 1935)

José Martínez Valero “Martínez de Alfara” (desde 3 diciembre 1935)

Peso fuerte (pesado)

José Teixidor “Kamalof” (hasta 6 febrero 1925)

Paulino Uzcudun (6 febrero 1925 – 24 noviembre 1934); Campeón de Europa (18 mayo 1926 – 8 diciembre 1928?) (13 mayo 1933 – 22 octubre 1933)

Vacante (desde 24 noviembre 1934)

domingo, 3 de abril de 2011

1921 La Federación Española de Deportes de Defensa (2)

Carpentier

En abril de 1921 se produce uno de los acontecimientos más destacados del pugilismo nacional, aunque está protagonizado por un francés: el gran Georges Carpentier ofrece dos exhibiciones de boxeo en Barcelona y Madrid.

La noticia surge a mediados de marzo de 1921, cuando anuncia que Carpentier emprenderá próximamente una gira por España, que ha costado 120.000 pesetas a los organizadores y que consistirá en exhibiciones. No está previsto, por tanto, que Carpentier realice ningún combate en nuestro país, a pesar de lo cual “varios distinguidos deportistas ofrecieron una prima de mil pesetas al que resistiera al famoso campeón, que estaba conforme en efectuar la prueba, más de cuatro rounds, y Juan Molero, y esto demuestra su valía, fue el único que aceptó, no llevándose a cabo el combate porque Carpentier dijo entonces que solo cobraba por hacer una exhibición, no combates”.

Procedente de Orán, a principios de abril Georges Carpentier llega en un vapor a Cartagena, de donde parte inmediatamente con destino a Barcelona. Su aparición en los rings de esta ciudad tiene lugar dos días más tarde, el sábado 9 de abril, en el transcurso de una velada que se celebra en el Frontón Condal en la cual Luis Vallespín vence a César Alaix, “en un combate no organizado como de campeonato”; El Mundo Deportivo señala que “el título queda vacante de hecho”, pero desde ese momento se dará a Vallespín como campeón de España del peso gallo en todas las veladas a las que concurra. Carpentier, por su parte, ofrece una demostración de cuatro asaltos con Lenaers; “de pura exhibición los dos primeros, y reproducción los dos últimos de su combate con Levinski”.

Carpentier repite la exhibición unos días más tarde en el teatro madrileño de la Zarzuela, en una velada que incluye cinco combates con púgiles locales y catalanes. Aunque los espectadores se muestran correctos y aplauden al francés, parte del público “salió disgustado del espectáculo” al considerar que se trataba de una simple parodia que no valía las 5 pesetas que costaron las entradas generales y aún menos los 15 duros de las butacas.

Solo se ha tratado de una exhibición, pero la visita de Carpentier ha contibuido a animar un ambiente pugilístico que claramente ha dejado atrás la crisis de los años anteriores.

Durante el resto de esa primavera se continúan celebrando veladas en Barcelona, a razón de una a la semana. Aunque aparecen ocasionalmente escenarios como el Teatro Principal –en el que se celebra una reunión en abril–, sigue siendo el Iris Park el local más utilizado, con dos veladas en abril (en la primera Hoche vence al campeón del peso pesado ligero, Juan Molero), una en mayo y tres en junio. La reunión de mayo reviste además un carácter especial. Organizada por la revista El Sport, incluye el primer combate por un título de Europa que se celebra en España: el que enfrenta a 15 asaltos al vigente campeón del peso gallo, el francés Charles Ledoux, contra el campeón de Suiza, Christian. Ledoux, muy superior, pone fuera de combate a su rival en el tercer asalto.

Los demás combates del Iris vienen marcados por el sucesivo aplazamiento de un combate que se presenta como grandioso, en el que José Teixidor “Kamalof”, unánimemente considerado como campeón de España del peso pesado, se ha de enfrentar a Albert Lurie, presentado como “ex campeón de Francia de todas las categorías”. La pelea tendrá lugar finalmente el 7 de julio, constituyendo toda una decepción, pues el árbitro está a punto de descalificar a ambos por falta de combatividad. Meses después, el manager de Teixidor, Juanito Elías, explicará así el abandono de Kamalof en el cuarto asalto: “de resultas de un atracón de confituras, le preocupaban más los retortijones que los golpes de su adversario”.

Joaquín Valls, por su parte, reaparece a mediados de junio con una victoria sobre el francés Henri Verne, participa en algunas veladas de verano en el Parque –como árbitro o en exhibiciones con Kamalof–, ofrece una demostración con Ángel Artero en Ripoll, su ciudad natal y regresa a París a finales de julio, siendo allí derrotado a los puntos por Prunier en un reñido combate.

Es además necesario destacar que es en junio de 1921 cuando debuta en el Iris Park un jovencísimo Ricardo Alís. Su rival, Jensá, poco podía imaginar que acababa de obtener un nulo ante quien menos de dos años después, convertido en ídolo indiscutible de los aficionados, sería proclamado campeón de España de los pesos welter y llegaría a combatir por el título de Europa.

Al margen del Iris Park, otros locales de Barcelona acogen también reuniones de boxeo en este periodo. Algunos lo hacen de forma esporádica –como el Teatro Principal, en el que tienen lugar tres combates en abril–, mientras que otros tienen vocación de continuidad. Entre los últimos continúa estando la Bohemia, que alcanza a organizar una velada en mayo antes de que irrumpa una nueva empresa que anuncia su intención de dar veladas los sábados en el Frontón Condal. “Su primer acto, en relación con el deporte, ha sido asignar un sueldo fijo a los boxeadores Ubach, Miró, Goñi y Sáez, a cambio de que éstos no boxeen en soirées organizadas por cualquier otra empresa (…). Este acaparamiento (…) lo creemos todo lo comercial que se quiera, pero muy antideportivo. Por de pronto, las veladas que venían dándose en La Bohemia han cesado desde ahora”.

A pesar de este espectacular estreno, la empresa del Frontón solo organiza tres reuniones, en mayo y junio de 1921, de las que lo más destacable –al margen de algunos buenos combates– es la victoria de Pedro Sáez ante Gastón, y los boxeadores “a sueldo fijo” comienzan a aparecer en junio en las veladas organizadas en el Iris y en el Parque.

La temporada de verano

Como cada verano, el Parque de Barcelona se convierte en centro de la vida pugilísitca a base de una docena de veladas al aire libre, dirigidas con gran profesionalidad y acierto por Ramón Larruy con ayuda del Sr. Tusell. Estas reuniones ofrecen un número variable de combates, la mayoría a 4 asaltos, y se huye de grandes nombres o supuestas estrellas extranjeras, optándose en su lugar por carteles que combinan púgiles noveles o debutantes –como Juliá, Lewis, Alberich o Calixto– con profesionales de reputado prestigio como Luis Vallespín, Alfonso Cañizares o Andrés Goñi, entre otros. A mediados de julio, cuatro de estos púgiles –Blind, José Ubach, Frank Puig y Ángel Munich– parten hacia Madrid a combatir en el Gran Casino de la Ciudad Lineal, mientras que Ramón Miró marcha a Portugal para combatir con el campeón portugués del peso pluma; de una gira por ese mismo país se incorpora Americano unos días más tarde.

Las posibilidades del boxeo en Barcelona parecen ser tantas, que las veladas del parque se ven una vez más acompañadas por una serie de reuniones en diversos lugares y con diferente grado de profesionalidad.

Solo en julio, y al margen de las veladas en las que los clubes buscan el entrenamiento y la promoción de sus socios –como las que organizan en julio el Pugilistic Club de Gracia y el Punching-ball Club de Gracia–, en el Planas Park se ofrece una reunión dominical en la que Gastón, Frank Hoche y Fabregat son enfrentados a desconocidos púgiles extranjeros; en el Iris Park, Pedro Sáez vuelve a vencer por puntos a Ángel Artero; y en el Teatro Tívoli, Blind noquea a Zaldívar en la inauguración de unas matinées que sin embargo no llegan a tener continuidad.

El Gran Teatro Español, por su parte, programa una serie de espectáculos que reciben duras críticas por parte de la prensa:

En el teatro Español, una vergüenza más. Gente poco escrupulosa, sin pizca de sentimientos humanitarios, para organizar veladas con poco dinero, va buscando a esos pobres náufragos de la vida que las olas de la sociedad constantemente arrojan sobre los veladores de los cafetines y tugurios de nuestro cosmopolita Distrito V. Ton Johnson (negro) contra Ángel Sala: Esta era la burla que a la indigencia hacían los organizadores de esta vergüenza deportiva, porque el pobre negro jamás había boxeado, tanto es así que al sonar el gongo permaneció sentado y preguntó si debía empezar; pero la perspectiva de ganar unas pesetillas con que satisfacer el imperativo del hambre, le dieron valor para someterse a recibir una paliza, pues su contrincante, aunque pugilísticamente hablando tiene un valor equivalente a cero, pues aún está en el A B C del arte, es un individuo que golpea como un ciego. Al primer round, el pobre negrito se fue a descansar”.

Es más, aunque no se citan locales, en agosto se publica una nota en la que se denuncia:

La Federación de Deportes de Defensa ha recibido la queja de algunos boxeadores que, sin su autorización, son incluidos en los programas que se organizan, en detrimento del boxeo, saliendo en vez del boxeador anunciado otro, usurpando su nombre y frecuentemente sin noción alguna de lo que es boxeo, todo lo cual se traduce en escándalos”.

También es un desastre la velada que el Sr. Huertas organiza a principios de septiembre en el Iris Park como parte de un conjunto de eventos que tienen como fin “la adquisición de aeroplanos de combate con destino al ejército de Marruecos”. Con este propósito, “son varios los boxeadores que han reiterado sus ofrecimientos para actuar gratuitamente, y otros por la mitad de las bolsas que perciben ordinariamente”, pero aunque el cartel incluye algunos combates interesantes, el resultado final se salda con un déficit de 300 pesetas.

Las veladas del Español cambian de forma radical cuando, a finales de agosto, los Sres. Pons y Paulí se hacen cargo de la organización. Desde el día 26 de ese mes, el teatro recibe una reunión pugilística semanal, algunas con combates tan atractivos como el que supone la derrota por k.o. del campeón de España del peso pluma, Ramón Miró, frente a su homólogo del peso gallo, Luis Vallespín. El combate entre Pedro Sáez y Gastón C. Anderson, que se celebra a mediados de septiembre, supone además la “primera vez que un reto se leva a cabo cumpliendo las formalidades requeridas por la Federación, depositando en ella una cantidad convenida como garantía del contrato”.

Los buenos carteles y la acertada organización se saldan con notable éxito deportivo y de público, por lo que a finales de septiembre los Sres. Pons y Paulí, “bajo la dirección técnica de nuestro amigo Larruy” (que en agosto ha dejado de pertenecer al AEP para encargarse de la dirección de las clases de cultura física y boxeo del BBC), deciden trasladar las veladas pugilísticas a la Bohemia, al ser “el más amplio salón que puede habilitarse para el boxeo”. En el nuevo local, Larruy organiza cinco veladas en otros tantos martes consecutivos, siguiendo su práctica de combinar debutantes –como Otero o Ribadulla– con profesionales consagrados como Luis Vallespín, Ramón Miró o incluso con la reaparición del veterano Fernando Martínez. El plantel de extranjeros, como también es práctica en Larruy, se reduce a la mínima expresión en la persona del francés Paul Gay, campeón pluma de Bouches du Rhône.

A partir de la tercera de estas veladas, además, los combates entre profesionales van precedidos por los enfrentamientos de un campeonato entre aficionados organizado por los Sres. Esmandía y Ciurana para la revista El Sport. Sin duda, la eliminatoria más llamativa es la que abre el concurso a mediados de octubre a base de cuatro combates entre infantiles cuya crónica, ofrecida por El Mundo Deportivo, supone una inigualable experiencia de periodismo deportivo, con párrafos como el siguiente: “Maciá, un niño, fue declarado vencedor de Martínez, un Ángelito que parecía un cupido de prominente tripita que, con marcado enojo, recibía los golpes que Maciá le pegaba poniendo una cara de ¿qué te he hecho yo a ti? Acertadamente el árbitro dijo: anda besaros y no os riñais más”. Y es que, como dice el propio pronista, “solo por el amor con que se cuida una recien plantada tomatera, para las ensaladas de mañana, puede verse con buenos ojos un campeonato amateur de boxeo integrado por tan tiernos retoños”. Esa velada, por cierto, estaba organizada “en honor de los notables equipiers del Barcelona F.C. Ricardo Zamora y Paulino Alcántara, a quienes se hizo entrega de sendas medallas de oro por su brillante actuación en el partido España-Bélgica”.

Además de todas estas reuniones, el verano pugilístico también incluye otros encuentros “menores”, como una velada con tres combates en el Principal Park de Sports y Atracciones de Granollers, “espectáculo nuevo en esta villa y que atrajo mucha concurrencia”; una exhibición de Joaquín Valls con Ángel Artero en julio en Ripoll, ciudad natal del primero; los combates disputados en la velada que organiza el Badalona F.C. en agosto en un local al aire libre; o el programa de boxeo, con dos combates a 6 y 9 asaltos, que prepara ese mismo mes el Club Deportivo de San Feliu de Llobregat con motivo de la fiesta mayor.

En Madrid, la Federación Nacional de Deportes de Defensa celebra el 5 de mayo su inauguración oficial con una reunión en el Ideal Polistilo a base de lucha, esgrima y boxeo. La pobreza del pugilismo puesto en escena lleva al comentarista del semanario Madrid Sport a lamentar que a pesar de que “el entusiasta presidente” hace cuanto puede y más, “en Madrid no hay boxeadores, ni aficionados, ni profesionales”.

Para paliar esta carencia, pronto empiezan a llegar a la capital algunos púgiles catalanes, cuya presencia anima un tanto el panorama (p.ej., Ángel Munich, Frank Puig, José Ubach y Blind combaten en julio en el Gran Casino de la Ciudad Lineal). El gallego Andrés Balsa –noqueado en la Argentina el año anterior nada menos que por Firpo– es cabeza de cartel en dos veladas que se celebran en julio y agosto en el teatro de la Zarzuela y en el Parisiana, respectivamente, pero aunque vence en ambas por k.o., no puede evitar que las reuniones sigan resultando decepcionantes para los aficionados.

Sin embargo, la afición al boxeo no deja de crecer en la capital, como muestran la incorporación y los progresos de varias entidades a la práctica de este deporte. Así, en febrero los empleados del Ayuntamiento constituyen la Agrupación Deportiva Municipal, en la que pronto se entrenarán algunos boxeadores tan relevantes como Mario de las Heras; en julio, la Agrupación Deportiva Ferroviaria crea una sección dedicada al boxeo, bajo la presidencia de Ricardo Espada. En agosto, la Real Sociedad Gimnástica Española adquiere un nuevo local en las calles Barbieri, 22, y Libertad, 29, en el que se realizan obras para un gimnasio grande y moderno en el que, entre otras cosas, se construye un ring para boxeo y lucha.

sábado, 8 de enero de 2011

1921 La Federación Española de Deportes de Defensa (1)


A diferencia de las organizadas por el Ateneo Enciclopédico, las últimas veladas de 1920 en Barcelona no satisfacen a todos. En palabras del redactor de boxeo de El Mundo Deportivo que firma con el seudónimo de Time-Keeper:En el teatro Cómico siguen dándose una serie de bufas exhibiciones de boxeo a las cuales es lastimoso que cooperen los boxeadores que en serio boxean en otros sitios, y muy de lamentar que las entidades pugilistas presenten su apoyo con su nombre a tales comedias que en beneficio del boxeo dejaremos de reseñar, pues no queremos contribuir a que se se engañe al público con tales comedias haciéndolas pasar por tremebundos combates”.
De forma específica, se refiere el periodista de la siguiente manera a las dos matinales del domingo 9 de enero, en su artículo “El boxeo en peligro”:
Fueron el domingo pasado las dos sesiones matinales fiel reflejo de que el boxeo se acaba, pues mientras en Las Arenas algunos boxeadores cooperaron a la bufonada de este farandulero del sport que tanto daño viene causando al boxeo con sus lamentables combinaciones, pues no hay que olvidar que fue el director de las pantomimas del Parque y de la mamarrachada de la Paloma, en el Teatro Cómico dos boxeadores, de los que salen a menudo con Anderson, engañaron miserablemente al público y a los organizadores, trabajando como si para el señor Anderson se tratase, ya que su boxeo no pasó de una lamentable exhibición (…). De hoy en adelante, el Boxing y el A.E.P., que por el momento representan la seriedad pugilística, ínterin no haya una Federación que, como en Francia, prohiba este boxeo de barraca de feria, deben abstenerse de incluir en sus programas a los boxeadores que se prestan a las combinaciones y cooperan a la primera mamarrachada que les ofrece unas pesetas”.
Lo cierto es que en los últimos tiempos han aumentado las voces que reclaman una entidad que regule un deporte que se ha revelado de enorme interés para el público.
Hoy, en nuestro pequeño mundo pugilista sin una autoridad suprema, sin una federación, reina tanto desbarajuste y tan menuda ambición, que el organizar honradamente una velada es un calvario, porque empresarios y boxeadores, al unísono, solo miran su interés particular y no el del boxeo, que es de utilidad pública. No todos los organizadores sin lo suficientemente escrupulosos para no admitir en sus programas a boxeadores ya acomprometidos con otro, ni todos los boxeadores son lo suficiente sensatos para desechar el celestineo de los empresarios que, a sabiendas, les buscan cuando saben que están comprometidos por otro (…). Contra esta falta de discernimiento, contra esta ambición personal, que mataría al boxeo apenas nacido, debe alzarse la autoridad de una federación que vele por los intereses del noble arte”.
Última muestra de este lamentable estado, la velada organizada para el jueves 13 de enero por el Ateneo debe ser suspendida “por poca seriedad de algunos boxeadores”.
La necesidad de una federación es tan evidente que en diciembre de 1920 el redactor de El Mundo Deportivo, Sr. Bóveda, se traslada a Madrid para gestionar “cerca de las entidades deportivas de la Corte la formación de la Federación Española de Deportes de Defensa”. Sin embargo, la falta de acuerdo entre catalanes y madrileños propiciará un desencuentro del que surgirán dos comités regionales que funcionarán a modo de federaciones paralelas.
Así, en Barcelona, el viernes 14 de enero de 1921, convocados por el Ateneo Enciclopédico Popular, “se reunieron en su domicilio social los delegados de las entidades que practican los deportes útiles para la defensa individual, los cuales después de oír al señor Larruy, que interinamente presidía la reunión, al coronel don G. Pérez Acosta y a don Ricardo Esmandía, reconocido el móvil cultural y patriótico que había motivado la convocatoria, se acordó por unanimidad la constitución de la Federación Española de Deportes de Defensa, quedando nombrada para la Región Catalana el siguiente Comité Regional: presidente, don Ramón Larruy, del AEP; vicepresidente 1º don Lorenzo Ramonet, de la PVB; vicepresidente 2º don Benito Sesma del Sporting BC; secretario, don Ricardo Esmandía, del GBC; vicesecretario, don Emilio Pellicer de la AV del Ateneo Obrero de San Andrés; tesorero don G. Pérez Acosta, del Círculo Militar; contador, don José Vilanova, del Barcelona BC; vicecontador, don Vicente Huerta, de la Agrupación Atlética; vical 1º don José Bertín, del Tiro Nacional; vocal 2º don Vicente Peades, de “Sang Nova”; vocal 3º, don Juan Elías, del Boxing Club; vocal 4º, don Juan Mognes, del CBC; vocal asesor, don Juan Casanovas, por los árbitros. Reunidos ya en junta, acordaron nombrar Comités écnicos para la reglamentación del boxeo y la lucha grecorromana, así como también de los otros deportes que tengan en la Federación Española representación
Pocos días después, Bóveda informa desde Madrid que “es en la Sociedad Gimnástica Española donde mejor acogida ha tenido la idea de crear una Federación de deportes de defensa, lanzada felizmente por nuestro amigo señor Larruy (…). Hacía tiempo que trabajaban ya en este sentido y habían empezado la confección de reglamentos que felizmente son muy parecidos a los proyectados en Barcelona (…). Todos los días nos reunimos con el capitán de la Sección de Deportes de Defensa de la Sociedad Gimnástica, don José M. Gaucedo, encargado por la afición de Madrid para hacer los trabajos necesarios para la creación de la Federación, que aunque en Barcelona esté ya creada, no será obstáculo”.
Sí debe de serlo, pues aunque Bóveda continúa con sus gestiones en la corte hasta mediados de marzo, apenas dos semanas después de la constitución de la organización catalana, la prensa madrileña anuncia que “se han constituido en Madrid las Federaciones nacional y regional de boxeo y luchas, con la siguiente junta directiva: Presidente, D. Emilio Bautista; Secretario, D. Miguel Sancho; tesorero, D. Alberto Vivanco; contador, D. Julián Delgado; vocal de grecorromana, D. José María Gancedo; ídem de boxeo, don Antonio Arriga; ídem de lucha libre, D. Heliodoro Ruiz”.
El panorama en este ámbito resulta algo confuso durante unos meses. La organización catalana se ha constituido de hecho como Comité Regional, aunque pretende afianzar su preponderancia en todo el país, mientras que la organización madrileña se autodenomina Federación Nacional de Deportes de Defensa, y como tal comienza a organizar diversos encuentros.
En la ciudad condal, los clubes del Comité Regional deciden finalmente constituirse oficialmente en Federación Española de Deportes de Defensa en septiembre de ese mismo año. A finales de agosto, el comité había trasladado su domicilio desde el local del AEP hasta el del Barcelona Boxing Club, y es aquí donde, a instancias de Ramón Larruy, se reunen el día 9 de septiembre los delegados de los clubes para proponer una candidatura que, aprobada en otra reunión convocada una semana más tarde, supone la siguiente Junta Directiva: presidente, don Ignacio Amat; vicepresidente primero, don Lorenzo Ramonet; vicepresidente segundo, don José Vilanova; secretario, don Ramón Larruy; vicesecretario, don Vicente Huerta; contador, don Ameliano Gargalló; vicecontador, don Antonio Masip; tercero, don Gregorio Pérez Acosta; vocales, don Alfonso Tusell, don Manuel Cejuda, don Pedro Arcas, don Juan Cirera y don Juan Casanovas. “Como árbitros oficiales se nombraron a don Juan Casanovas, don Juan de la C. Duarte, don César M. Reyes y al profesor Tony Berton”.
El día 16 también queda constituido el Comité Regional de la Federación por los siguientes clubes: Barcelona Boxing Club, Sporting Boxing Club, Secció de Boxa del Centre Nacionalista Republicá del Clot, Agrupación Deportiva Cataluña Sporting Club, Agrupación Vida del Ateneo Obrero de San Andrés de Palomar, Agrupación Sportiva Cataluña Boxing Club, Pugilístic Club de Gracia, Colom Boxing Club, Agrupación Deportiva Punching-Ball Club y el Club Deportivo Urano. Como presidente del Comité es elegido don Ricardo Esmandía, y como secretario don Antonio Santasusagna.
La Federación, con todo, apenas alcanzará a regular el apetitoso panorama del boxeo, que en Barcelona supone una agenda llena de convocatorias: en tres meses se celebran 21 reuniones en 7 locales diferentes y organizadas por 6 entidades distintas y en diferentes días de la semana (miércoles, jueves, sábado, domingo…).
Así, apenas dos días después de la creación de la Federación –en enero de 1921– el Teatro Cómico vuelve a abrir sus puertas a las matinales de boxeo, aunque esta vez bajo la dirección de Larruy, mandatado por el Sporting Boxing Club. En la primera, Zaldívar, que pone k.o. a Warrior en apenas medio minuto, demuestra que “está colosal” y aspira a un puesto entre los grandes. Ese mismo mes, la Peña Ciclista Gracienca, en colaboración con el Club Ciclista Gavanenc, organiza en la pista de éste último un festival en homenaje a Salvador Armengol que incluye dos combates de boxeo. Un mes más tarde, Sáez y Cañizares ofrecen una exhibición en el descanso del partido de fútbol F.C. Barcelona – Tarrasa.
La sección deportiva del Ateneo Enciclopédico Popular, por su parte, continúa con sus veladas de los jueves en el Iris Park, aunque solo alcanza a organizar tres más. En la última se incluye el combate en el que Miró, campeón de España del peso pluma, se enfrenta al peso ligero Blind. Amonestado por el árbitro, Juan Casanovas, y amenazado con la descalificación, Miró abandona.
En la Bohemia Modernista, la revista El Sport organiza en febrero una velada en la que, al margen del combate en el que Pedro Sáez noquea en dos asaltos a Tomás Thomas, destaca el que por acuerdo de la Federación –que patrocina la reunión– los combates pasan a ser dirimidos por medio de tres jueces, “y no por un solo árbitro como se hacía antes”. Este mismo escenario es el escogido por el Barcelona Boxing Club para las veladas que comienza a organizar los jueves a partir de febrero. En la segunda de dichas reuniones, Federico Zaldívar y Blind se enfrentan por el título de España del peso ligero, alcanzando el primero la victoria por abandono de Blind en el quinto asalto.
Las matinales “de cabaret” del Teatro Apolo también experimentan un cambio cuando, en febrero, Frank Hoche se hace cargo de su dirección, aunque solo alcanzará a organizar dos reuniones: el sábado 12 de febrero, el propio Hoche vence al francés Rustán, mientras que el domingo, Ortíz (dado por “campeón de Cataluña”) se enfrenta al francés Chassegne (“campeón del Languedoc”). Pero aunque en marzo el polifacético Ramón Larruy releva al francés en la dirección de las veladas, Hoche continúa formando parte de los combates principales de las tres que se celebran durante ese mes.
También en marzo, el Iris Park vuelve a acoger a los boxeadores y a los aficionados de la mano del Sporting Boxing Club, en cuya velada Pedro Sáez vence por puntos a Ángel Artero en combate a diez asaltos. En el mismo local, Sáez retiene el título de campeón de España del peso welter –Joaquín Valls ha vuelto a Francia– al hacer nulo contra José Ubach.
Citaremos finalmente, dentro de este periodo, la reunión ya clásica de combates de entrenamiento “a la americana” que organiza en febrero el Pugilistic Club de Gracia.