DÉCADAS IRREPETIBLES

Al igual que mi otro blog dedicado al boxeo, este pretende recuperar la memoria de unos años irrepetibles, desde finales del XIX hasta los años 30 del siglo XX. En "Audaz y tanguista" se rinde homenaje a algunos de los bravos púgiles que protagonizaron este periodo, entre ellos a mi propio abuelo, verdadero germen de todo esto, Ángel Tejeiro. En este blog recupero la Historia con mayúsculas de unas décadas irrepetibles. Para ello he recurrido a las hemerotecas digitales disponibles: El Mundo Deportivo, La Vanguardia, ABC, La Jornada Deportiva, El País Vasco, Diario de Alicante, El Eco de Cartagena, El Noticiero Gaditano, El Porvenir, La Tierra y Madrid Sport. Salas como el Iris Park o el Olympia de Barcelona, nombres legendarios como Frank Hoche, Felix Pomés, Passapera, Ángel Munich, Barcino, Condor... Es un trabajo en construcción: aún estoy en ello, y animo a todos los que posean información interesante -y en especial imágenes originales- a que me ayuden en esta tarea. Y hechas las "confesiones", choquemos los guantes y vayamos al primer asalto.

sábado, 12 de diciembre de 2009

1913 El Club Pugilista

En 1913, los aficionados barceloneses se organizan en torno a un pequeño local de la calle de la Unión, formando el germen de lo que serán las primeras veladas regulares en Barcelona. De lo sucedido nos da cuenta pocos años después el profesor de boxeo que responde al seudónimo de Tony Berton: “Después de muchos intentos y muchos fracasos, un grupo de aficionados que se reunía en un pequeño local de la calle de la Unión donde sin consejos ni dirección de persona competente practicaba este sport, después de una sesión algo borrascosa se dividió en dos grupos, uno partidario de ponerse bajo la dirección de un profesor, y el otro de continuar como estaban. El primer grupo formó la Sociedad Club Pugilista, cuyos estatutos fueron aprobados en el Gobierno Civil, (…). El otro grupo tomó el título de Boxing Club Barcelona”.

Con Tony Berton como profesor y A. Beovide como presidente, el Club Pugilista, con sede social en la calle Notariado 3, adopta como lugar de entrenamiento un teatrito situado en la calle Aribau 21, denominado Izquierda del Ensanche, en el que los combates se celebran a ras de tierra, sin que el cuadrilátero se eleve sobre ningún entarimado. Para celebrar su creación, el club organiza una velada pública en dicho local el sábado 19 de abril de 1913, en la que se ofrecien cinco combates, una exhibición de boxeo entre Tony Berton y su alumno Treviño, y unos ejercicios de punching-ball a cargo de J. Barba.

El éxito de público y deportivo de esta primera velada anima al club a repetir la experiencia tres semanas después, el sábado 10 de mayo, de nuevo con cinco combates y dos demostraciones de Berton con sus alumnos Veciana y Treviño. Y el sábado 24 de mayo, la sociedad se lanza a organizar las eliminatorias del que denominan, nada menos, “Campeonato de España” de boxeo, que tendrán continuidad los sábados 31 de mayo y 7 de junio, con un número variable de combates por velada precedidos por la explicación de las reglas desde el ring por parte de Tony Berton. Por primera vez se divide a los boxeadores por categorías de peso, llegando a participar hasta 18 púgiles del Club Pugilista y el Barcelona Boxing Club: Federico Armangué, Agell, José O. Despujol y Grau en pluma; Antonio Armangué y Larruy en ligero; Martínez, Vía, Beovide, Salat, Lavista, Puig d’Ametller, Armengol y Juanés en mediano ligero; y Veciana, Borrás, Ramírez y Artero en peso mediano. Algunos de estos boxeadores viven en las veladas sus primeras y únicas experiencias pugilísticas públicas, mientras que para otros supone el primer paso en una carrera que se extenderá varios años. Federico Armengol, Fernando Martínez, Federico Armangué, o Beovide se encuentran entre quienes despuntan maneras de cara al futuro, aunque solo de los dos primeros seguiremos teniendo noticias.

A pesar de la masiva asistencia de público, este primer campeonato resulta un fracaso para el club y tiene importantes consecuencias. Por un lado, resulta evidente que, tal como denuncia un reportero, “al Campeonato se le debía haber dado carácter local, el título de Campeonato de Barcelona, habría estado más apropiado que el de España. En España hay muchos mejores boxeadores que los que hasta ahora se han presentado en el ring de la calle de Aribau”. Por otra parte, la calidad de los púgiles que se presentan es tan desigual que “debe recomendarse a los que se presenten en el Campeonato, que sepan boxear”. Además, no es solo un problema de capacidad, sino también en muchos casos de actitud, pues la ausencia de varios púgiles que habían comprometido su participación obliga a sustituir varios de los combates del campeonato por peleas amistosas. Cansado de tales problemas, y debido a “la poca cultura de una parte del público”, que protesta ruidosamente las decisiones del árbitro, Tony Berton anuncia, al concluir la velada del 7 de junio, que el campeonato queda suspendido “por el momento”, anunciando que, si el público y los boxeadores saben comportarse como les corresponde, las veladas se reanudarán probablemente en octubre, cosa que no llegará a suceder.

El 1 de octubre, el Club Pugilista se reune para elegir nueva directiva presidida por J. Aguilar Solana y anuncia que piensa organizar veladas todos los sábados en su sede social, con combates entre sus socios, además de preparar el Campeonato Español de Pugilato para aficionados. Sin embargo, el club se encuentra sumido en una profunda crisis que no solo impide la celebración de veladas (y mucho menos del campeonato), sino que, de hecho, culmina con su disolución a finales de año.

A pesar de la crisis del Club Pugilista, el boxeo se ha afianzado ya como deporte popular, y está presente, en forma de exhibiciones o combates, en numerosos eventos que se celebran en Barcelona durante todo el año 1913.

  • Así, el 6 de julio el Catalunya S.C. incluye en el festival con que celebra su segundo aniversario una demostración de boxeo entre Armengol y Ramírez.
  • Ese mismo mes, el Teatro Tívoli organiza un concurso de boxe entre amateurs patrocinado por la revista Boxeo y Sports atléticos, que se desarrolla en varias veladas que se celebran entre los días 19 y 26, en las que participan algunos púgiles que lucharon en las reuniones del Club Pugilista –Armengol, Fernando Martínez, Grau, Ramírez– y otros de nueva incorporación –Serrano, Marco, Peyró, Aymerich, Marsal y Torrás. Los empresarios de las veladas del Tívoli adjudican a este concurso la categoría de “campeonato de España”, otorgando el título del peso mediano a Juan Ramírez, del peso ligero a Fernando Martínez, y del peso pluma a Federico Armengol, éste último al no presentarse contrincantes en la categoría. Estos títulos, carentes del menor rigor, se mencionarán sin embargo en numerosas ocasiones en el futuro.
  • El 13 de julio se celebra en el Frontón Condal un festival a beneficio del Instituto de Beneficencia “Obra de Max Bembo”, en el que los socios del Club Pugilista realizan varios combates.
  • En agosto se incluyen asaltos de boxeo dentro de las fiestas mayores de Badalona.
  • El 18 de octubre, Velasco y Cañellas, de Eco de Sports y El Correo Catalán, ofrecen una demostración de boxeo dentro del festival que se organiza en el gimnasio del Instituto Higiénico Kinesiterápico en homenaje a los periodistas deportivos.
  • También en octubre, Rodolphe Peter, del Club Pugilista, se enfrenta a Vidiella, de Reus, en el festival deportivo organizado en el Teatro Fortuny de esta ciudad por el Club Olimpia.
  • Y el 2 de noviembre, los socios del Club de Natación Barcelona llevan a cabo diversos matches amistosos dentro de una jornada deportiva.

Por su parte, el Barcelona Boxing Club continúa su andadura instalándose en diversos locales entre los que se incluyen el café Fornos, en la calle Tallers (desde enero de 1916); y un local en el número 67 de la calle Ferlandina (al menos desde julio de 1917), hasta ubicarse definitivamente en la calle Hospital, 131.

En Madrid, mientras tanto, la actividad pugilista mantiene un ritmo mucho más moderado, y solo durante el verano se celebran eventos públicos. Así, el sábado 21 y el domingo 22 de junio tienen ugar en el Kursaal de la Ciudad Lineal cuatro combates de boxeo entre luchadores profesionales extranjeros (Willie Lewis, Pottier, Kid Jackson y “Knockout” Marchant), y en el teatro de la Zarzuela tienen lugar al menos tres sesiones nocturnas de boxeo durante el mes de agosto.

1912 Perfil bajo

Tampoco en 1912 hallamos citas relevantes: apenas un festival atlético en Mataró que, en el mes de julio, incluye exhibiciones de boxe; una reunión organizada en Tarrasa en junio por el Lawn Jockey Club a beneficio de los muertos y familiares de los heridos del Rif, que incluye “un match de boxe con dos jugadores del Deportivo”; y un match a 6 rounds entre los amateurs Rodolphe Peter y Julio Lavista, “sin que ni uno ni otro resultase vencedor”, que se incluye el 29 de diciembre en el campeonato de Sports atléticos del Athletic Barcelonés F.B.C.

En Madrid la prohibición parece haber perdido rigor, pues Narciso Masferrer, director de El Mundo Deportivo y fundador de la Sociedad Gimnástica Española llega a la capital para organizar a princios de marzo una fiesta en el Circo Price en la que incluye asaltos de boxeo.

1911 El Team Internacional de Boxe Anglaise

Frank Crozier
En junio de 1911 los aficionados catalanes tienen la oportunidad de asistir a dos veladas de boxeo en el Frontón Condal, que sin embargo resultan un fracaso dada “la exageración de los precios” y la poca calidad de los espectáculos. En la segunda reunión, celebrada el día 26, el público llega a protestar escandalosamente porque los boxeadores “se zumban de mentirijillas”. Aunque la prensa no ofrece nombres, sí publica crónicas en las que se afirma, por ejemplo, que “un vocerío ensordecedor respondía a la negativa del campeón ruso para seguir recibiendo zambombazos del negro”.
Ese mismo mes se produce, sin embargo, un hecho que supondrá un importante impulso para el boxeo en España. Como anuncia la prensa madrileña a mediados de mes: “Ha llegado a Madrid el célebre Team Internacional de Boxe Anglaise, que se propone realizar en el Frontón Central de esta corte varios combates de boxeo, compuesto por nueve campeones, negros y blancos. Estos campeones son: Francois Camille, segundo premio del campeonato de Francia en 1906; Carl Wonders, vencedor en París, hace tres semanas, del campeón de Alemania; Andrew Dixon Johnson, americano, negro, luchador extraordinario, ha tenido match hace tres semanas con el célebre Sam Mac Vea; Emile Schmidt, campeón de Rusia, uno de los mejores de la raza blanca; Mahir, turco, campeón de Turquía en todas las categorías; Tommy Jackson, negro, campeón de América, ha competido con los más renombrados luchadores; Willie Gould, campeón de la Argentina, es luchador temible por su ligereza no igualada; Frank Crozier, negro, campeón de la Jamaica, en lucha libre de pesos medios; Joe Harton, campeón de Bélgica, muy joven, diez y nueve años, que ha vencido por knock out al maravilloso peso ligero francés Vermot. Mañana se conocerá este sport en Madrid, que gustará o no, pero que su anuncio ha despertado la natural expectación”.
El equipo de boxeadores atrae poderosamente la atención del público y de la prensa, que le dedica amplios espacios. La velada se repite el domingo 25 de junio, y sirve para que el público madrileño conozca por primera vez este deporte a nivel profesional. Por si acaso, la prensa incluye comentarios didácticos como “le faltó muy poco para permanecer allí el tiempo preciso para determinar el knock out, que quiere decir fuera de combate”.
Pero este nuevo deporte no es del gusto de todos, e inmediatamente un grupo de diputados mandata a tres de ellos –Pablo Iglesias, Azcárate y el conde de Santa Engracia– para que visiten al ministro de la Gobernación a fin de rogarle que prohiba las luchas de boxeo. “El ministro, de acuerdo con la opinión de sus visitantes, les ofreció transmitir al jefe superior de policía las órdenes oportunas para que se prohiba tal espectáculo” porque, alega, “repugna al sentimiento público”.
Prohibido pues el boxeo en Madrid “por razones de humanidad y cultura”, no falta en Barcelona algún empresario que quiere reproducir en la ciudad condal el mismo espectáculo prohibido en Madrid, aunque el gobernador civil le deniega el permiso. Y a pesar de la prohibición, a mediados de julio se celebra en el teatro Cómico de Madrid una “gran exhibición de boxeo a beneficio de los boxeadores extranjeros”.
Algunos de los púgiles que se quedan sin empleo en la corte deciden trasladarse a Barcelona, donde son acogidos por el Club Deportivo Español, entidad que asume el compromiso de encargarse de su manutención mientras dure su estancia en la ciudad. Estos boxeadores, presentados a la prensa en una copa ofrecida por la directiva del club, son Frank Crozier, Dixon Johnson y Willie Gould.
El Español organiza un festival en su favor, que es autorizado por el gobernador “con la condición de que no pasará de ser tal demostración (…). Este permiso ha sido concedido en atención a destinarse la función a proporcionar medios al boxeador para que pueda marchar a su país”.
Así, el 3 de agosto de 1911, además de un partido de pelota y de asaltos de lucha greco-romana y de esgrima, los espectadores que asisten al Frontón Condal contemplan “un asalto a tres rounds” entre Gould y el aficionado Hodge, delantero centro del CD Español; “un asalto a 6 rounds” entre Dixon Johnson (105 kg.) y Crozier (86 kg.), y otro a 3 rounds entre Crozier y Gould. Todos ellos se saldan con aplausos del numeroso público asistente, aunque no se dan veredictos.
Además, la Junta Directiva del CD Español abre una suscripción para fundar una academia de cultura física y boxeo, para la que inicialmente se piensa en Gould, aunque finalmente queda encargado de ella Frank Crozier. Éste será el único de los tres púgiles extranjeros que continuará su carrera en nuestro país. Durante una década combatirá –y será profesor de boxeo y cultura física– en Barcelona y Madrid, con algunos enfrentamientos verdaderamente memorables que en su momento comentaremos, hasta afincarse en Alicante en 1921. En esta ciudad disputará algunos combates hasta que entre a ejercer como profesor de boxeo en la Agrupación Pugilística Alicantina en 1922.
El éxito de la convocatoria parece animar a la afición, y en octubre de 1911, el Gimnasio de Manuel Solé incorpora las clases de boxe a cargo del profesor Arturo de San Jorge, “maestro reputado de fama consolidada en el extranjero”.

1910 Apatía

Llegado 1910, el pugilato no acaba de despegar en nuestro país. En Barcelona, la Sala Vidal continúa organizando combates amistosos entre sus alumnos todos los sábados, de 18 a 20:30, y Jean Vidal, además de organizar algunas exhibiciones en el teatro Soriano, en el Frontón Condal y en algunos clubes, reta a través de la prensa a cualquier aficionado de España a que se enfrente con sus pupilos en los pesos ligero, mediano y fuerte. Sin embargo, la buena marcha del gimnasio se ve obstaculizada cuando el joven profesor se ve obligado a volver a Francia para cumplir el servicio militar.

En febrero de ese mismo año se frustra además el Campeonato de Boxe que prepara el Club de Natación de Barcelona al dimitir su presidente, el Sr. Picornell. Y aunque el concejal Alfonso Ardura anuncia en marzo que las Fiestas de Barcelona podrían incluir, entre otros eventos deportivos, “un match de boxe entre los célebres negros Sam Mc Vea y Joe Jeanette”, lo cierto es que las convocatorias durante 1910 siguen siendo de bajo nivel: un asalto de boxe en junio entre los Sres. Chan y Molina en la fiesta del Centro Autonomista de Dependents y una exhibición de José Marimón en el festival deportivo de julio organizado por las Escuelas Pías de Sarria (que ya habían incluido ejercicios de boxeo en su fiesta del 26 de marzo de 1907 y del 20 de mayo de 1909).

Diversas instituciones continúan, no obstante, ofertando clases de boxeo; en el Gimnasio Bricall, éstas corren a cargo del profesor Sr. Maniére.

Además, la apatía del boxeo local contrasta con el interés por el pugilato que se practica en Norteamérica y Francia, como demuestra la proyección en la Sala Mercé, en agosto de 1910, de una película de hora y media de duración con el combate entre Jack Johnson y Jim Jeffries por el campeonato del mundo. Esta película volverá a varias pantallas barcelonesas en los años siguientes (p.ej., al Teatro Circo Barcelonés y al cine Bohemia en marzo de 1912), junto con otras similares como la correspondiente al combate entre Carpentier y Willie Lewis (en junio de 1912 en el Kursaal, el Teatro Condal y el Gran Salón Royal Cine), al combate entre Carpentier y Dempsey (en el Teatro Goya, durante 10 días de agosto y septiembre de 1921; en el Palace Cine, el 15 de septiembre de ese año), o a la pelea Criqui vs Wyns para el campeonato de Europa (en el Salón Cataluña desde el 2 de noviembre de 1911), entre otras.

Volviendo al País Vasco, en 1910 se funda el Club Deportivo Esperanza, en la calle 31 de agosto del San Sebastián Viejo, en el que entre otros deportes se practican la lucha grecorromana y el boxeo, disciplina ésta en la que aporta, entre otros luchadores, a Máximo Castañeda.

martes, 8 de diciembre de 2009

1908-1909 La Sala Vidal

En junio de 1908, los aficionados barceloneses al naciente deporte reciben la noticia del paso por la ciudad condal del joven Jean Vidal, sobrino del fallecido profesor de boxeo, y tal como relata Elías y Juncosa, “corrimos a invitarle a un asalto, y viendo con incomparable alegría que el pequeño prodigio de un día se había convertido en un boxeador serio, maestro correctísimo y tirador temible, encaminamos nuestros esfuerzos a lograr que fijara su estancia en Barcelona (…). Ayudados noblemente por entusiastas aficionados cuyos nombres de: Jorro, Canals, Barnola, Barguñó, Grau y otros que recordaremos siempre con agradecimiento, muy especialmente don Jaime Vila, director del establecimiento de educación física que lleva su nombre, fundamos hace tres meses [por septiembre 1908] la pequeña Sala de boxe de la calle de Xuclá, actualmente muy concurrida”.

Dicha sala –conocida como Sala Vidal por el nombre del maestro francés, que ejerce su dirección– forma parte, de hecho, del Gimnasio Vila, que cuenta además con otra sala dedicada a la esgrima.

Durante ese mismo verano, el Teatro Soriano programa varios espectáculos pugilísticos, algunos de ellos de dudosa deportividad. Así, el 10 y el 13 de junio el luchador de boxe inglesa Mr. Sterling, “premiado con la copa de oro”, se presenta en escena aceptando “apuestas de cualquier importancia que sea”. Unos días más tarde, se ofrece un espectáculo de seis luchadores de boxe inglesa (no mencionados), en una inscripción publicitaria que afirma que “nunca se había visto en Barcelona una lucha tan verdadera”; al día siguiente, debuta el espectáculo 4 Herbets, “campeonato de la boxe inglesa, por afamados campeones”.

Ante el cariz que van tomando algunos de estos espectáculos –que al parecer se reproducen en otros rincones de la geografía nacional–, no es de extrañar la interpelación al Gobierno que realiza en el Senado el señor Calvetón el 23 de noviembre de ese año: “Tengo indicios de que en Bilbao se prepara la introducción del deporte del boxeo, y me aseguran que han comenzado las luchas al estilo inglés. Como me parece una atrocidad, solicito del ministro de Gracia y Justicia que adopte una resolución castigando a los que así juegan, pues constituye un delito que está considerado como de lesiones y penado por el Código”. El ministro de la Gobernación responde a su vez que “del hecho denunciado por el señor Calvetón no sé más noticias que las publicadas por la prensa. Yo creo que el gobernador civil de dicha capital no habrá autorizado semejante espectáculo. De todas maneras, hasta que aquella autoridad me conteste, no puedo dar noticias exactas”.

En otoño de 1908, el joven Vidal entra a dirigir también la nueva sala que se abre en el aristocrático Círculo del Liceo “donde la highlife de nuestros sportmen va practicando el más higiénico de todos los Sports”. Esto lleva a Elías y Juncosa a afirmar ilusionado que, “como el pasado invierno el ju-jutsu fue el acontecimiento-sorpresa sportivo, la boxe va siendo este año el sport de moda”, y a avanzar que, “si el camino no se tuerce, que no sucederá, tal vez a final de temporada tendremos alguna fiesta pública donde se demuestre lo que es la boxe en todas sus variaciones y quién sabe si se creará el Campeonato local”.

De hecho, en la Sala Vidal del Gimnasio Vila pronto se organizan reuniones periódicas que incluyen exhibiciones de boxe francesa o boxe inglesa, como la que en julio de 1909 enfrenta a los Sres. Barnola G. y Durán; Verdagué y Vidal; Martí y Barnola; y Gallardo y Vidal. En noviembre de ese año, el gimnasio incorpora un punching-ball y un saco de arena, y unos días después el joven maestro Vidal tira un interesante asalto de boxe con el aficionado Sr. Durán.

Estos primeros pasos firmes del boxeo van acompañados, como no, por las primeras polémicas en torno a este deporte, bien entre detractores y defensores, bien entre aficionados al boxeo y aficionados a otros deportes como la esgrima o el ju jutsu. Publicaciones como El Mundo Deportivo comienzan a incluir una sección dedicada a este deporte, aunque cuando el boxeo se incluye como uno más de los deportes dentro de determinadas reuniones, las noticias pugilísticas se encuadran en las secciones correspondientes al organizador de esas convocatorias.

Durante 1909 se van uniendo otras instituciones que incluyen el boxeo dentro del conjunto de deportes que se muestran, en exhibición, en diversas reuniones. Así, el viernes 26 de marzo el Club Deportivo Español organiza en su local de la calle Aribau 21 una fiesta que incluye un “asalto de boxe entre el profesor D. Juan Vidal y su discípulo D. R. Planas”.

El 28 de abril, el Centre Excursionista de Catalunya organiza un festival deportivo en el Frontón Condal para construir un chalet refugio, en el que se programa un asalto de boxe inglesa entre los Sres. Strong y Barnola, de la Sala Vidal, dirigidos por su profesor Mr. Vidal, y otro de boxe francesa entre Vidal y su discípulo Sr. Swing (aunque este combate no puede celebrarse por incomparecencia del segundo).

En junio se crea además el llamado Sporting Club de Barcelona, que el día 29 organiza una fiesta en la que presenta numerosos deportes incluyendo un asalto de boxe inglesa entre el francés Jean Lerdat y el americano Taylor Thompson (luego sustituido por Jeffrie), en el que el primero resulta vencedor.

También en Madrid hay algunas instituciones que incluyen el boxeo entre sus actividades, aunque a un nivel muy incipiente. Así, en enero de 1909 la Escuela Española de Esgrima se plantea establecer un “curso de boxeo inglés “para completar con este sport, tan de boga en Inglaterra, el desarrollo físico que la esgrima produce (…). Se hará venir de Londres a uno o dos profesores de los más renombrados, y probablemente se verificarán sesiones públicas de boxeo”.

Sin embargo, en la corte es la Sociedad Gimnástica Española la entidad que promueve este deporte en esta temprana época, organizando festivales en los que nunca faltan, entre otros muchos deportes, exhibiciones de boxeo. Solo entre 1908 y 1909 encontramos media docena de estas reuniones, en las que participan los aficionados Ordoñez, Latorre, José Zabala, Martínez, Escobar y Cevallos. Siguiendo una trayectoria paralela a la del Ateneo Enciclopedista de Barcelona, la SGE acabará creando una década después un grupo pugilista que pondrá en manos de Guss Rhodes.

Por otra parte, también en el País Vasco siguen celebrándose reuniones deportivas con boxeo. Así, en julio de 1909 encontramos en Bilbao el segundo de los festivales gimnásticos organizados por la Educación Física, Federación Atlética Vizcaína, y Gimnástica Zamacois, que incluye, entre otras exhibiciones, la presentación fuera de concurso de tres parejas de boxeadores: Arana y Amilivia, Castillo y Alonso, y Piquero y Abrisqueta. “Todos ellos demostraron un gran conocimiento y mucha práctica en la lucha”.

1906-1908 Escasas noticias

Cuando el 1 de febrero de 1906 aparecía en los kioskos El Mundo Deportivo, el boxeo, que “en algunos países del resto de Europa y América había merecido señalada importancia, en España no se podía considerar ni en estado embrionario” (Canalis, 1956).

En algunos locales se siguen impartiendo lecciones de boxeo (como las que ofrece Mr. Manière en la Sala de Armas del Gimnasio Médico), pero lo cierto es que durante tres años sólo encontramos exhibiciones de uno o dos asaltos en el contexto de fiestas deportivas que incluyen, además, otros varios deportes. Las crónicas, que denominan “boxe” a este deporte, distinguen con frecuencia entre “boxe inglesa” y “boxe francesa”, y la relacionan, de forma implícita o explícita, con ámbitos como la gimnasia o la esgrima.

Las referencias son además escasas. La Sección de Sports y Excursiones del Centre Autonomista de Dependents del Comerç y de la Industria abre un gimnasio a cargo del profesor Francisco Monrás, en el que las clases de Esgrima –que incluyen Florete, Sable, Bastón a una y dos manos, y Boxer– corren a cargo del profesor José Muntaner. Los alumnos de Muntaner realizan “ejercicios de boxe” en diversas ocasiones, comenzando a despuntar algunos nombres como los de Juan Planás y José Molinas.

Pero no es solo en Barcelona donde se celebran este tipo de espectáculos. De hecho, meses antes de las primeras reuniones citadas, el Colegio Captier de San Sebastián acoge una fiesta deportiva que comprende “un buen número de asaltos de boxe francesa y esgrima, y un concurso de saltos, carreras, etc. Tanto alumnos como profesores fueron muy aplaudidos, distinguiéndose particularmente entre los alumnos los jóvenes Luis y Vicente Orbegozo, que tanto en boxe como en esgrima resultaron ser unos grandes tiradores”.

A finales de 1907, el Teatro de Novedades programa un “campeonato de boxer” en el contexto de veladas que incluyen, entre otros, números musicales, de acróbatas y similares. El supuesto campeonato comienza el lunes 16 de diciembre y acaba el domingo siguiente, y aunque se anuncia la participación de los púgiles Lerdas, Nelson, Steinberg, Elliot, Tonerf y Naurotha, las inscripciones publicitarias hablan además de otros boxeadores como “el campeón inglés Mr. Miles” o Wen Rotten.

domingo, 6 de diciembre de 2009

1904-1905 El Sportsmen's Club

Sportmen's Club, 1904
En 1904, el Sportsmen’s Club comienza a incluir el boxeo entre sus actividades, con la celebración de una sesión demostrativa, el 16 de octubre, a cargo del profesor Mr. Vidal, a la cual se invita al profesor Marteau.

El Sportsmen’s Club es el nombre honorífico que se da una sociedad fundada en el Salón de San Juan de Barcelona en octubre de 1903, con el objeto de fomentar la práctica de los deportes. Aunque en un principio centra su actividad en las peleas de gallos, el Sport Fox-Terrier y el tiro con carabina y pistola, va rápidamente incorporando nuevos deportes que incluyen los saltos, croquet, lawn tennis, esgrima, patinaje, carreras pedestres, ciclismo, motociclismo y otros, que los socios practican a diario en unas instalaciones cada vez mayores, y que se muestran al público en festivales que se celebran primero los domingos y los días festivos, y luego en otras fechas. Adoptan al propio rey como presidente honorífico, y aunque no podrá asistir a una fiesta, como está previsto, por un fallecimiento en la familia real, hay noticias de la asistencia del alcalde a unos festivales que con frecuencia amenizan bandas militares de música. De carácter aristocrático, entre sus miembros se incluyen nombres como Ramón Casas, Alejandro de Riquer, Miguel Utrillo, Ramón Callis, Eduardo Alesson, José de Togores o Dionisio Armendia.

Por su parte, el profesor Joseph Vidal es un francés de Perpignan, recién llegado a la ciudad procedente de París en compañía de su sobrino Jean Vidal. Ambos “montaron una sala en la entonces célebra sala de armas Alesson (…), punto de cita de todos nuestros deportistas de aquella época”.

Vidal realiza diversas exhibiciones en el Club, además de la citada del 16 de octubre (al menos el 30 de octubre de 1904, de boxe francesa, con Marteau; el 17 de diciembre de boxe inglesa con su alumno Elías y de boxe francesa con su alumno Pujol, “en la sala que dirige Eusebio García”; de boxe francesa con los discípulos Rivas y Fournier, y de boxe inglesa con el discípulo Elías el 18 de diciembre de 1904; el 26 de diciembre de 1905 con un discípulo; con Rivas de boxe francesa el 28 de febrero y el 26 de marzo de 1905). Además, participa en junio de 1905 con “el campeón universal” Mr. Casterers en la fiesta de clausura del Torneo Internacional de Esgrima, organizada por el Ayuntamiento en el Palacio de Bellas Artes.
Jean Vidal (dcha) con su alumno Elías (boxe inglesa), diciembre de 1904
Jean Vidal con Rivas (boxe francesa), diciembre de 1904

En octubre de 1905, sin embargo, la junta directiva del Sportsmen’s Club decide la disolución de la misma por “las ocupaciones de muchos, la conveniencia de otros y el cansancio de algunos”, además de “las dificultades que se han presentado para hallar continuadores idóneos”. Aunque en noviembre algunos socios como Samsó, Masferrer, Layrón, Montañola, Casadesus, Camps, Canals o Verdaguer acuerdan la creación de una comisión gestora, no pueden evitar que la sociedad desaparezca a principios de 1906 (algunas de sus actividades, como la Copa Sportsmen’s Club de ciclismo, continúan con otro nombre, como Copa Mundo Deportivo). Para colmo de males, Mr. Vidal fallece poco tiempo después en el mediodía de Francia, en trágicas circunstancias.

1874-1904 "Un marinero mahonés"

Aunque hay quien ha llegado a afirmar que “aquí [por Barcelona], entre los avanzados del sport, se ha practicado siempre, aunque en pequeña escala, el sugestivo sport de la boxe” (J. Elías Juncosa, en El Mundo Deportivo), encontramos una referencia más precisa a los inicios del boxeo en esta ciudad en los siguientes párrafos del libro Boxeo, quinto tomo de la Biblioteca “Los Sports”, publicado en 1914 por Isidro Corbinos:

“Son contadísimos los que pueden presumir que en 1876 se boxeaba en la ciudad condal. Un marinero mahonés, tripulante en un barco británico, aprendió en sus andanzas el boxeo que por aquel entonces se practicaba en el país de la bruma. Como sus estancias en nuestra ciudad no eran de muy larga duración, solo pudo crear un alumno, Bergé, que instaló en 1876-77 una sala en la Barceloneta. En tal sala se enseñó un boxeo completamente fantástico, especial, propio para los señores que lo practicaban. Allí donde no llegaba la ciencia del profesor, indudablemente llegaba su inventiva (…).

Más tarde, el mejor alumno de Bergé, después impulsor de este deporte, don Federico González, el conocido maestro de armas, instaló en 1884 una sala en la calle de la Cera. Este señor, científicamente estaba a la misma altura que el Bergé; pero nunca agradeceremos bastante los esfuerzos por él realizados para el arraigo del boxeo en Barcelona (…). La sala de la calle de la Cera permaneció abierta unos cuatro años.

En 1899 abrió otra en la calle de Jupí, en la que llegaron a contarse 32 alumnos de pugilismo, cifra realmente extraordinaria, dadas las condiciones y época en que tenía lugar. Figuraban como alumnos Armenteras, Pijuana, Layret, etc., etc. Cerrada esta sala, inauguró otra en 1897, en la calle del Doctor Dou, en la que figuraron Juliá, Ventura, etc., etc. Y por fin, fundó otra sala en el gimnasio Bricall, por el año 1904”.

En la sala Bricall (calle Canuda, 26) comienza a ejercer como profesor el francés Enrique Marteau, dos de cuyos alumnos (Navarro y Tana) realizan un encuentro de boxe francesa en la fiesta periódica de esgrima que se lleva a cabo, el 17 de marzo de 1904, en la sala que dirige Eduardo Alesson.